Se descuelgan como el hombre araña, descienden y se ensanchan hasta cubrirte con su red pringosa.
Vos no querés, ¡qué vas a querer! pero ya sabés lo que te espera.
Te aplastás a la pared como una mancha de humedad. Te diluís en el suelo como un charquito de agua. Mirás para otro lado con cara de yo no fui. Te camuflás con lo que tenés a mano, sos una maderita del parquet, son el diario, sos el saco que cuelga de la silla, el mate frío, el teléfono callado, sos lo que sea necesario ser para salvarte, pero ellos no dan tregua saben que sos blandito como cuando tenías cinco años. Un bocado tierno para engullir. Y se quedan allí como el cuervo de Poe y te dicen “nunca mas” cientos de veces o lo que sea que te digan, porque ellos siempre tienen un caballito de batalla con el que te dan y te dan hasta dejarte abatido y con los ojos lánguidos.

8 Comentarios

  1. A veces pienso que son nuestros dueños.
    Que compraron nuestro cuerpo para divertirse torturándonos.

    Que te dejen en paz.

    Besos.

  2. Qué cierto. Me gustó eso de "el saco que cuelga en la silla" perfecto.
    Hay una expresión muy nuestra que también iría perfecta para estos casos, y es: Nos hacemos los b..l..dos.
    Yo creo que los malos pensamientos son inevitables. luchar sería perder 10 a 0, por goleada. A veces hay que dejarlos, total mientras no los materialicemos está todo bien.
    No nos reprimamos tanto. Hay algunos malos pensamientos que están copados. El problema es la culpa,ja ja.
    Me encantan los textos cortitos. Te felicito!
    y gracias.
    Mejor me voy porque me está viniendo un mal pensamiento!!!

  3. Genín says:

    Si,. y sin embargo está el dicho popular, "Piensa mal y acertarás" jajaja
    Besitos y salud

  4. Reina says:

    Yo suelo hecharlos con un lindo sueño... :)

  5. Miguel says:

    Sí, Pato, y nos quedamos esperando a que nos den, y después nos teñimos las ojeras para disimular , y escribimos cuentos, poemas, lo que sea con tal de soportar el peso de la piedra que algunos se han empeñado en atarnos al cuello.
    Un abrazo, y ya sabes que para mi es un halago que leas en tu radio lo que escribo

  6. Muy bien descritos esos invencibles caballitos de Troya que nos invaden hasta los territorios más íntimos de nuestro ser.
    Querida Pato, yo aún soy blandito y tengo cinco años así que admitiendo mi derrota total ahora los invito a entrar. No me queda otra.
    Abrazos copenhaguinos,

    Ian.

  7. Así son los muy canallas, sobre todo me quedé con eso que dices de la mancha de humedad en la pared o el charco en el suelo, adelgazar con la esperanza de que pasen de largo por el pasillo, engañarlos y que salgan volando por alguna ventana... pero el drama es que son nuestros, no podemos echarlos sin echarnos a nosotr@s, y por eso acabamos como tú dices: abatid@s y con los ojos lánguidos.

    Besos

  8. Marcelo says:

    Y a veces hasta se nos "pegan" tanto que los terminamos aceptando...
    Patito, no tengo tu mail para mandarte la 2° parte (que en verdad es la primera...o no)
    besos que tengas linda semana

Gracias por tus palabras