Simple

Esto iba a ser un comentario en respuesta a los comentarios recibidos por lo sucedido en el blog de Toro, pero prefiero subirlo aquí porque me he extendido en la reflexión y le voy a dar el espacio que le corresponde.

Ayer justamente respondí a una pregunta que me hicieron por faceboock de porqué tenía un blog.
Y eso que podría haber sido una respuesta breve, como por ejemplo “porque me gusta escribir”. Se convirtió en algo mas profundo. En un ejercicio de introspección. Finalmente envié un fragmento de esa enorme respuesta, pero quedé muy movilizada por dentro después de repasar estos cinco años que llevo escribiendo un blog.
Para mi tiene un sentido profundo este hacer de las letras algo cotidiano. No importa si lo que escribo, es bueno, regular o pésimo. No estafo a nadie. Es mío. Y si me atrevo a postearlo ¡Con lo que cuesta a veces subir textos propios donde uno se expone como en una radiografía! Quiero que se sepa que es mío.
Y cuando no lo es, lo digo.
Es que no entiendo subir algo con tu nombre cuando no es tuyo...
¿Me pregunto dónde está el placer? Y la única respuesta que encuentro es la ignorancia, o la necesidad de la mirada del otro. Que por un rato alguien que te lee piense qué bueno lo que se te ocurrió escribir y te halague, porque no va más de ahí. Si te quieren para que escribas un libro se te va a poner difícil.

Sucede que uno a veces se siente identificado muy íntimamente con algunos textos, y ocurre la maravilla. Eso es lo que cuenta. Ese momento de oro es lo que cuenta. Ese placer infinito de ver que el otro miró con arte y pudo expresar gracias a su talento eso mismo que vos viste. Los dos posaron la mirada en lo mismo, hubo un instante mágico. Ese momento en que uno se enamora de un poema, de un cuento, de una pintura, de una película, de una canción es el momento más íntimo que hay entre el artista y el espectador.
Ambos son valiosos y necesarios.
Nadie crea para si mismo, creamos para los otros y nadie puede ser sin la mirada del otro, aunque como dice Sartre por allí, el otro es la mirada del infierno. No importa, esa mirada infernal nos termina de hacer, mal que nos pese. Como nuestra mirada es necesaria para el otro. No hay nada peor que la indiferencia.

Leés algo y pensás: esto tranquilamente lo podría haber escrito yo si tuviera ese talento, porque lo siento, porque lo pienso o porque me fascina, pero lo hizo otra persona, lo creó, salió del talento del otro y me parece sumamente grafiticante reconocerlo.
Me llena de felicidad leer a tantísimos escritores ya sean reconocidos o no, que amplían mi mirada sobre un tema, que me ayudan a crecer, a tener otras visiones, que no encuentro mejor modo que citarlos, es mi humilde reconocimiento.
Mirá, este texto es de Tal, es simple...
Aunque ese Tal sea un ilustre desconocido...No se necesita ser un premio Nóbel en literatura para que sea valioso lo que escribís, es valioso en tanto y en cuanto te sirva a vos y muchísimo mejor si le sirve a quien te lee. Ese momento te comunión es el mas rico para los dos.
Lo demás es plástico.

Cuento una anéctoda de hace un tiempo atrás. Entro a un blog por la recomendación de otro blog que decía no se pierdan a este escritor que es grandioso, decía desde la admiración absoluta, este tipo tiene que publicar lo que escribe y por eso lo mostraba en su blog, alentándolo a mas. Este último blog lo decía con absoluta honestidad. Y tenía razón el escritor era genial. Yo leí un post, luego otro, otro y otro y no encontré nunca que dijera en ninguna parte que esos textos correspondían a Julio Cortázar!!!!
Tranquilo subía a su blog cuentos, fragmentos, delicias de Cortazar y tan contento... Quien no ha leído a Cortázar, como yo no he leído a Hemingway no tiene porqué conocer el paño y puede fascinarse, porque Cortazar fascina. Esto le pasó a esta persona que recomendó el blog desde su sincera admiración. No tenía porqué conocer a Cortázar.
Por supuesto lo puse sobre aviso, y dije en un comentario que los textos allí subidos eran de Julio Cortázar y allí terminó el asunto. Además Cortázar tiene todo registrado y mas tarde o mas temprano alguien se lo iba a decir, yo no descubrí la pólvora!
Pero entre nosotros que somos escritores amateurs en la mayoría, que escribimos porque es nuestro modo de expresión estamos desvalidos ante el plagio.
De modo que cuando hoy vi lo que le había pasado a Toro, no me sorprendió, pero si me dio mucha bronca. Porque me consta lo que cuida sus escritos, el tiempo que les dedica, lo generoso que es con sus textos, lo que ama su espacio y sentí un manoseo injusto con lo que él hace. Lo mismo pasó con Lena el año pasado.

No soy quien para dar consejos, pero siento en lo más profundo de mi ser una enorme necesidad de agradecer la creación del otro, de compartirla con los que quiero, de que se vea su hacer, que se conozca. No cuesta nada, gente.
Es simple. Fácil, redondito y tierno como un bizcocho recién horneado.

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Vergüenza ajena

En este sitio http://dmillan.wordpress.com/ han plagiado poemas a Toro Salvaje.

¡NO AL PLAGIO!

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Versos en blanco y negro


prefieren
el silencio
el descampado
los rincones

se acomodan en los descansos de las escaleras
a esperar tu paso
.
cuando eso sucede
se tiran por el pasamanos
en insólitas carreras

desbocados
se suben a mi mano

afiebrados te dibujan

se escriben en plena tormenta
aturdidos
encendidos
para después
dejarse morir en los renglones
o crucificados en el damero del patio

.
así de cobardes
son
los versos que te nombran



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Programa Nº 9 -Libertad-

Hacer click para escucharlo

http://perrasnegras.hartares.com/?page_id=23

¡¡Gracias!!

Ps, no se pierdan el radioteatro que está tornándose bizarro :)

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Artificio


Nada es tal cual lo veo.
Lo sé, pero creo el artificio.
Dentro de mis ojos tengo pinceles, colores, escalpelos, gomas de borrar, anestesias.
Soy artista exploradora cuando miro. Sueño con los ojos abiertos.
Dibujo gestos que amo y los pego, para después verlos en esa inmensidad que es el otro. En ese gesto lo encuentro y me encuentro. Ese gesto que estaba en mi memoria ahora está en el otro. Y me veo en un espejo. Me pregunto si es un error. Me respondo que si, pero vuelvo a reincidir. No sé si ese gesto existe, pero yo creo verlo.
Creo que estoy en el otro de algún modo. Le pierdo el miedo.
Tantas veces me engaño así, para hacer la vida más soportable...

Ahora mismo soy un camino yermo. Las flores que ayer perfumaban mis orillas se han secado entre las piedras. Las extraño, yo les creí la primmavera y se han secado. Apenas veo dos o tres pétalos perennes que le ponen color a lo árido.
Entonces mis ojos se apuran y pintan, exprimen pétalos de añil y salpican un reguero de ternuras en el lienzo de un bosque oscuro, en el que me pierdo.

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Huellas


Un día el agua borra tus huellas, esas que se debaten en las sombras.
Prófugas. Muertas de olvido en el bolsillo de tu saco viejo. Las que dicen que sos vos, aunque de vos no quede nada, apenas un recuerdo estremecido en el espejo de la tarde.

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Astruchotronomía


8. La guerra de los mundos. Parte 1
Luego de la repercusión mundial que ha tomado la primera parte de La guerra de los mundos, versión argentina de Perras Negras y viendo que el teléfono de mi casa y mi celular no paran de recibir llamados, hago esta aparición semi pública ante este único medio para decir mi verdad.
Si, ha llegado el momento de confesar que soy Astruchatrónoma *
En Argentina en 1935 se crea la Escuela Superior de Ciencias Astronómicas y Conexas, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata, la primera en Sudamérica en su especialidad. Esa Escuela Superior dio lugar luego, en 1983, a la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas; casa de estudios que, junto con el Instituto de Matemáticas, Astronomía y Física (de la Universidad Nacional de Córdoba) y la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales Universidad Nacional de San Juan son los únicos lugares donde se forman astrónomos profesionales en la Argentina.
No pude ingresar en ninguna de estas universidades por capricho del destino, pero nada ni nadie pudo detener mis ansias de comprender y estudiar el universo. Lejos de la formación académica formal, estudié Astruchotronomía por correspondencia y desde ese momento hago ejercicio de la misma, aunque en absoluto y total silencio. Temo opacar al resto de los astrónomos con mi genialidad - tal es mi modestia- pero luego de esta revelación inesperada por TV Sur Informa, asumo mi astruchotronomía y todo lo demás…

*Astruchotrónoma: La palabra astruchotronomía proviene de tres vocablos griegos Astron estrella o astro Truchys (del giregoargento) ilusorio-quimérico-simulado-falso-inexistente y Nomos ley escrita o algo por el estilo.
Desde la clandestinidad, Pato la astrónoma de Bernal.

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Caos - Programa Nº8

Si tenés ganas de escuchar el programa de Perras Negras, hacé click

http://perrasnegras.hartares.com/?page_id=23

(Podés sugerir alguna palabra, para el próximo programa. A pedido, se viene Libertad para el sábado)

Gracias

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Luz de gas


Me apagan la indiferencia, la mediocridad, el miedo. La soledad habiendo tanta gente. Esas luces fingidas me apagan, esos colores que engañan, tanta hipocresía me asquea.
Me quedo a oscuras en una realidad que no consigo entender ni a medias.

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Turquesa

Abierta como una fruta madura
sobrevivo en medio del gris.

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Barco de papel

Ayer la tormenta
barrió los días que tapizaban las veredas.
Un torrente espeso lo arrastró con fuerza hasta hacerlo naufragar en la alcantarilla de la esquina esa boca inmunda que todo lo traga.
Ajado, revuelto, inútil para la navegación de bordes, se hundió.
Ahora, es niebla.

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Nomeolvides...


Quiero dejarla tranquila.
Y lo hago, pero me llama.
De tiempo en tiempo apenas aparezco por sus manos que se han convertido en un tullido manojo de nervios y solamente me deslizo por su piel de arena y me quedo allí desmoronándome en esos médanos movedizos, esperando explotar de vida.
Eso sucede en ocasiones.
Otras veces es el silencio quien me ampara.
Algunos días ella se me queda mirando, vislumbrándome, adivinando quién soy, qué es lo que traigo y de dónde vengo. Por su manera de quedarse mirando la nada, con los ojos abiertos y extraviados sobre los difusos puntos que soy, es que me creo con el derecho a pensar que ella busca en mi un mundo.
Lo indaga.
Garabatea mi nombre.
Lo escribe en papeles que deja por ahí tirados.
Me ha puesto un nombre vulgar.
¿Eso me supone una vida sin emociones, ni encantos?
Rastrea mi historia con el olfato de un perro hambriento. Detesto profundamente que ella haga eso, cuando yo quiero oscuridad, ella me pone el foco de confesión bajo apremios ilegales.
Entonces cuando enmudezco. Terca como una mula. Me deja en paz, pero ofendida y me arma una vida sencillita para que vea lo que es, y en un abrir y cerrar de ojos me tiene lista. Una vida tan tediosa que la odio. Entonces de bronca, desaparezco. Días enteros ando sin aparecer. Me escondo en los cajones, detrás de las puertas. Me meto planchada en un sobre o entre las hojas de un libro que estoy segura ella no piensa abrir.
Me quedo allí respirando ácaros. Prefiero eso que la vida marginal que quiere darme.
No sabe que detrás de mi nombre se esconde una tormenta.
Desconoce la borrasca de mis ojos, por eso sale a buscarla, sin ver que no es más que su propia tormenta. Se ha metido conmigo de puro cobarde, por no meterse con ella, me pone a mí en el medio del campo de juego. Me manda a mí al circo romano a que me coman los leones.
Soy yo su piel, su carne, sus uñas rasgadas, sus ojos cegados, soy yo este montón de trapos que la cubren.
Y si me ama o me odia es su tragedia.
Ahora está sentada, con las piernas cruzadas y tiene frío, después de haber cruzado las calles bajo la lluvia.
Tiene frío.
Que no diga lo que no es. Después que me vio le dio frío. Más que por la lluvia, el frío le vino porque me vio. Me vio parada ahí, donde las hojas de los álamos han caído por el viento y se ha formado el colchón putrefacto y barroso, donde me yergo.
Me ha visto y la he mirado cargada de reclamos.
No le he dicho palabra. Es ella la que habla, yo sólo me muevo a su antojo. Soy una marioneta abrumada, o lo que es peor, soy su esclava.
Su enemiga íntima.
Su aliada, su presa ávida que sale a buscarla por los pasillos a ver quién es la primera que muerde el bocado y come y mastica y desgarra la carne y sangra.
Una especie de caníbal necesario, ella y yo.
Una especie de monstruo desolado, las dos.
Camino por líneas escurridizas, me convierto en sombra, huelo a humedad.
Vivo en la habitación del moho.
Traigo conmigo la lluvia.
Soy un charco de agua, con apariencia de mujer.
Pues bien, aquí estoy, a pocos pasos.
Ahora veo su nuca, su cabello recogido con un broche, su espalda, su solitaria mano cayendo a un costado de su cuerpo parece no esperar nada, mientras bajo su apariencia serena, hay un volcán en erupción que me llama.
Que me pide, que me exige, que me arrastra.
Soy ella misma en una dimensión extraña.



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Sueño con salida

Le conté el sueño sin salida a mi analista.
Vengo de ahí.
Mientras me acomodaba en la silla y entraba en calor porque la lluvia me había mojado le contaba lo del caserío abandonado y la mujer con harina en las manos y bueno, todo, todo eso. Tal cual lo escribí en el post anterior. Le dije que lo había escrito porque desde que lo había soñado no paraba de pensar en eso. En el medio soñé infinidad de cosas que no recuerdo, pero el pasillo gastado, las paredes ocres, esa especie de niebla que difumina los rincones y esa mujer diciendo que no tengo que estar ahí, que pase al otro lado. Habían terminado raspándome la intriga.
No le dije lo de los dragones, ni lo del aro mágico porque a veces temo que el hecho de hacer terapia se convierta en un viaje de ida y por siempre jamás yo esté allí, en ese lugar sereno, mirando el gran ventanal atiborrado de ramas que sacuden los vidrios desde afuera y analizando mi vida.
Mirando con lupa cada acontecimiento.
Cuestión que no le dije nada de los dragones y mucho menos que debía matarlos con cucharitas. Todavía no sabía nada de la teletrasnportación.

Analista: ¿Qué pensás que es en sí el sueño?

Yo: No sé, cuando lo escribí y busqué una foto parecida a lo que vi en mi sueño, pensé en la muerte…

Analista: ¿Conocías a la mujer?

Yo: No

Analista: mientras vos me narrabas el sueño yo imaginé una matrona, una señora como muy dedicada a su casa, el delantal, las peinetas, las manos con harina…

Yo: Ella me cerró la puerta y no dejó que entrara, me mandó del otro lado…

Analista: ¿Qué había del otro lado?

Yo: ahh, eso no te lo conté. Había gente cantando en una plaza, yo quería estar ahí, pero no sabía cómo llegar a ese lugar, ni por dónde ir…

Analista: creo que la idea de esa mujer es que encuentres el camino, porque sabe que vos sabés encontrarlo…

Yo: (la miro sin decir nada-pienso en eso-en que los caminos están dentro de mí-en buscar más-en no dejar de buscar aunque me canse)

Analista: (me mira sin decir nada- pienso que ella también piensa en algo- me sonríe- hoy estás callada -me dice- hay que sacarte las palabras)

Yo: es que las tengo a todas rotas, desmenuzadas, ¿ves?

Dejo caer un puñado de palabras trozadas, una especie de abecedario desgranado se esparce sobre el escritorio que nos separa.

Analista: parecen flores…

Yo: secas.

Analista: (suena el timbre) Mira la hora. ¿Nos vemos en 15? No te olvides de regarlas. Me acompaña hasta la puerta y me dice, me quedé pensando que esa mujer más que la muerte, tiene que ser la vida.
Pensá en eso.

Salgo a la calle y llueve. El otoño está por todos lados, mis pies caminan sin esquivar los charcos. Es mediodía. El florista de la esquina se dobla en dos como sus ramos, mientras se fuma la bronca de no poder vender bajo el alero. Una bicicleta vieja se moja encadenada a un árbol. Sueño con dejarla en libertad, salir volando con ella, cruzar el cielo arriba de las nubes.
Me gusta esa imagen en mis ojos.
Es la vida.
Tiene que ser la vida, digo hablando bajito.

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Sueño sin salida


Por la parte de atrás de un sueño es que entré. Dando unos pasos inciertos en una galería oscura de una tenue luz ocre en las paredes, me vi entrando en un pequeño caserío abandonado. Sin embargo al escuchar mis zapatos quebrando la hojarasca ella salió a recibirme. No tenía edad, o yo no pude precisarla. El cabello recogido atrás con peinetas, los senos grandes, caídos sobre su vientre y las manos enharinadas envueltas en el delantal que le ceñía la cintura, me hizo pensar en una madre. Pareció algo sorprendida por mi aparición, pero no tanto. Sus ojos eran blancos como la harina de sus manos y unas rayas negras, bastante difusas el fondo de su mirada. Me preguntó qué hacía allí. Yo le respondí que soñaba, pero la voz no me salía, se me quedaba toda enmudecida en la garganta, como atrapada en un hueco y las palabras eran un ramo de flores secas en mi boca.
Tenés que estar del otro lado me dijo, y me cerró la puerta sin decir más.
¿Cómo hago? Grité.
¿Cómo llego al otro lado? Recuerdo que le pregunté desesperada, golpeando la puerta, con mi voz inerte. Las flores se me deshojaban entre los dientes y caían lentas.
Ella no volvió a salir y yo desde ese sueño camino por un pasillo donde las ventanas y las puertas no se abren, pisando las flores que no se decir.

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Programa Nº 7¿Perdedores?

Para los que quieran escuchar el programa, aquí está el link

http://perrasnegras.hartares.com/?page_id=23

¡¡¡Risas!!!... digo ¡¡¡Gracias!!

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Risas


Esto iba a ir entre los comentarios porque en cierta forma pertenecía a ese espacio, pero pensé que era mas honesto dejarlo aquí.

Primero gracias por la colaboración activa que tienen con el programa, por seguirlo, por estar ahí, por ponerle letras y pensamientos a este proyecto de Las Hacedoras.
Es un mundo extraño la radio.
Todavía no lo tengo muy claro, lo voy descubriendo al andar, sólo se que me gusta y que disfruto mucho pensando cada programa junto con las chicas y que es muy emocionante hacerlo también.

El día que dejé mi comentario, éste “Como buena perdedora que soy, les anticipo que leeré mal los comentarios, que me equivocaré cada vez que pueda, que se me harán lagunas imposibles de nadar sin salvavidas, pero que igual llegaré hasta la orilla medio ahogada nadando a brazo partido.Ahh y que meteré la pata como buen "pato" criollo, avisados quedan :))” en el post anterior, no era que soy adivina y que la bola de cristal me estaba diciendo lo que me iba a pasar en el programa que se venía, es que me conozco y soy así.
Simplemente soy un desastre.
Nada pueden decir, porque los puse sobre aviso.
Esto lo estoy escribiendo desde el humor, lo aclaro porque por ahí piensan que tratándose justo del tema “perdedores” estoy yo ahora escribiendo abatida, cuando la noche del domingo llega a su fin y estoy pasada de alcohol y de tranquilizantes, con los pelos revueltos y los ojos rojos por el tabaco.
Error.
No fumo, tomo alcohol con moderación, tomo psicofármacos bajo estricta receta médica y los pelos jamás se me revuelven porque tengo un lacio perfecto.


Ya les había avisado que me equivocaba al leer, que me olvidaba cosas (como por ejemplo ¡¡¿cómo…COMO, coooomooooooo me puedo olvidar el nombre de Bob Dylan al aire?!!
Qué se yo…Ya sé, están pensando que es la edad. No. Siempre me pasó. Soy muy despistada, me olvido cosas importantes, se me hacen lagunas en medio de algo que estoy contando y agggg!! Quiero morir ahí mismo, pero respiro y sigo viva.
Lo que aún NO ME HABÍA PASADO ANTES (en el programa de radio, porque en la vida lo he padecido infinidad de veces) era tentarme de risa y no poder seguir.
Bueno, me pasó.
Ya está.
Estábamos leyendo el cóctel de poesías final, yo había hecho mi selección y había llevado entre otros, un poema de Fray Luís de León, que había dejado Ybris -Si, Ybris MIL PERDONES-
Yo intentaba leer " A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada me baste”
Bueno, qué les puedo decir que me sucedió, se me juntaron las palabras pobrecilla con abastada o algo así y el desastre ocurrió.
Mi risa estalló en el micrófono, las caras de las chicas que me miraban sin poder creerlo, la cara de Mariano nuestro operador a punto infarto y yo, nada, atravesando el espanto y pensando cosas horrendas para que la risa se me fuera.

Hoy a la mañana cuando me acordé de lo sucedido ayer, me puse mal, pensé que soy una ridícula, que esto no es para mí, que soy un aparato y cosas por el estilo, obviamente todas cosas horribilis, después no sé qué fue.
Entré a reírme tanto, pero tanto que no he parado en todo el día.
Y aquí estoy compartiendo esta risa con ustedes.


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¿Perdedor?


Una oyente de nuestro programa de radio Perras Negras, nos pidió por Faceboock la palabra Perdedor.
Estamos abocadas a la tarea poder abordarla el sábado contando historias de perdedores. Los hay en la literatura, desde escritores, hasta personajes. En la música, en el cine, en los deportes, en la vida cotidiana.
Esas historias que huelen a madera podrida, a cigarro viejo, a habitación cerrada, a moho que crece en los rincones. A loción barata. A patio de colegio vacío y risas lejanas. Esas historias donde nada mas que una sombra -la tuya- se pega a la suela de tus zapatos y te hace caminar por veredas rotas. Donde el corazón ha perdido las formas y es un globo desinflado que pesa un poco en la boca del estómago y se resbala entre las tripas para doler ahí. En tu centro. Donde deberías reír y tener los dientes bien blancos.
Esas historias donde aturde tanto silencio y la música viene como de otro lado en el que no estás, de alguna guitarra con las cuerdas oxidadas. O una carretera que pareciera no terminar nunca, mientras en la radio escuchás con interferencias esa vieja canción, si justo esa. Y la carretera se termina en un barranco suicida y allí van dos mujeres que jugaron a ganar, llamadas Thelma y Louise, por ejemplo.
Esas historias absurdas, tragicómicas, patéticas en las que todos somos un poco protagonistas.
Hermosos perdedores, como diría Leonard Cohen.
¿Quién no ha jugado con la convicción absoluta de salir ganador? Y ha perdido.
Qué tipo de fuerza interior, dignidad, postura ante la vida o creencia religiosa te pone de pie y te dice que sigas jugando después de la derrota.
¿Será que la cuestión no tiene que ver con ganar o perder, sino con el atrevimiento de jugar, una y otra vez? Por ahí la ganancia está en el camino y no en el resultado final. Por ahí es mas importante haber jugado y perdido, que no haberte animado jamás a jugar por el temor de perder...

En un mundo donde lo único que pareciera importar es el éxito, la ropa de marca, el auto importado, la casa en el country, los zapatos italianos, la juventud a toda costa y una serie de imbecilidades por el estilo, ¿cómo sobrevive quien no entra en esa trenza?
Si tenés algo que decir, dejá tu comentario. Iremos leyéndolos durante el programa. Seguro nos ayudarás a encontrarle forma a esta palabra.
Los esperamos el sábado a las 19 hora argentina o durante la semana para que nos escuches en diferido.
Gracias.

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Programa Nº 6 -Encuentro-

Para los que deseen escuchar el programa Nº6 hacer click en el link


http://perrasnegras.hartares.com/?page_id=23

Gracias!

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Por ahí


Ahí voy dejando que la tierra seca me coma lo que pienso, lo que siento, lo que callo, lo que sueño, lo que no puedo entender.
Tengo la esperanza absurda de volverme con el tiempo en alguna flor silvestre creciendo por ahí.

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Cosmética del enemigo


"Yo creo en el enemigo. Las pruebas de la existencia de Dios son frágiles y bizantinas, las pruebas de su poder todavía son mas inconsistentes. Las pruebas de la existencia del enemigo interior son enormes y las de su poder son abrumadores. Creo en el enemigo porque todos los días y todas las noches se cruza en mi camino. El enemigo es aquel que desde el interior, destruye lo que merece la pena. Es el que muestra la decrepitud contenida en cada realidad. Es aquél que saca a la luz tu bajeza y la de tus amigos. Es aquel que, en un día perfecto, encontrará una excelente razón para que te tortures. Es aquel que te hará sentir asco de tí mismo. Es aquel que, cuando entreveas el rostro celestial de una desconocida, te revelrará la muerte contenida en tanta belleza."
-Amélie Nothomb-
(desde la parte en que la sombra se deforma y no sé quien soy, mal puedo escribir yo, por eso Amélie Nothomb)

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Encuentro


En alguna hora azarosa sucede.
A veces ocurre en la mirada, otras en las manos, en algún poro pequeñito que sirve de pasaje y te deja invadir por completo.
Estás a merced de esa marea de emociones, de mezclas agridulces, de cortejo sensitivo que se vuelve danza por dentro, descubrimiento, satisfacción, gozo…
También están los que no provocan nada, o lo que es peor, los que te llenan de miedo. Los que te reavivan heridas y te dan ganas de volatilizarte. Te maldecís por no haber doblado a tiempo, pero ya estás ahí, y te está sucediendo.
Hablo del encuentro.
El que sea, el que soñas, el que viviste y no pudiste olvidar, el encuentro mas raro, el que tuviste con vos mismo.
Un encuentro cercano y del tercer tipo.
Te esperamos en Perras Negras, por ¡hartares, el sábado a las 19 Hs.

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Programa Nº5 -Cuerpo-

Para quienes quieren escuchar el programa Nº 5 hacer clik en el link.

http://perrasnegras.hartares.com/?page_id=23

Gracias

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