Me acuerdo cuando la casa era una fiesta y las ventanas se abrían de par en par y la música del barrio se mezclaba con el olor a tostadas. Cuando de balcón a balcón el saludo te sacaba una sonrisa entre las flores y tu mano se levantaba al vuelo casi hasta tocar la mía.
Abajo siempre un aire de gaviotas y arriba el cielo impuro de todos los días.
Ahora, el mismo cielo de perpetuo smog, pero las gaviotas se han ido todas juntas a un solar lejano.
Llevándose con ellas el aire.
Abajo siempre un aire de gaviotas y arriba el cielo impuro de todos los días.
Ahora, el mismo cielo de perpetuo smog, pero las gaviotas se han ido todas juntas a un solar lejano.
Llevándose con ellas el aire.