Me cae mal la soberbia en las personas. Pensándolo bien no es una rareza la mía, no creo que uno vaya por la vida queriendo encontrarse con engreídos y vanidosos. No salgo de mi casa deseando cruzarme con gente que se cree una divinidad y está dispuesta a demostrarte lo imbécil que sos a cada paso que das.
Porque hay que ver lo inteligentes que son ellos, todo lo que han ganado por ser tan regios. Y pobre vos que estás siempre con esa cara de perejil mustio. Todo bien con tener la autoestima alta, hay mil libros de autoayuda por ahí que te lo dicen facilito. A mi me gustaría creerme mas y gustarme mas y sentirme mas contenta conmigo misma y todo eso que seguramente me daría mayor seguridad, pero de ahí a ir por la vida derrochando pedantería... Hay un trecho que además de ser enorme, agota. No sé si agota al insuperable, pero al que está del otro lado lo aburre soberanamente.
Tarde o temprano alguien le dice en la cara: sos un tarado importante. Y eso con suerte, por ahí nunca se lo dicen y el divino va encopetado como un pavo real de por vida con toda tu sapiencia, sin darse cuenta jamás que es un plomo y que lejos de despertar admiración, despierta sopor.
La admiración se provoca desde otro lugar y la humildad no se compra en el mercado, ni en las librerías, ni se aprende en universidades.
Eso tiene que ver con la educación, se puede ser un genio y un perfecto maleducado.

12 Comentarios

  1. L says:

    La soberbia es como una mala digestión.

  2. Almudena says:

    Plas, plas, plas. ¡Ahí le has dado amiga! Yo respeto y admiro a aquellos que, valientes, caminan con humildad, sencillez y dignidad. Eso es lo que les hace a mis ojos genios. No endiosarse con los halagos y recordar que tan sólo somos personitas de paso.

    Me ha encantado. Con permiso te robo las palabras de hoy para ponerlas en mi cuaderno de pensamientos.

    Besucos.

  3. De acuerdo en todo 100x100!!!
    Tengo uno de esos que me ha dejado unos liiiiindos comentarios en mi último post.
    Pero bueno, hay gente que es feliz creyendosela. ¡Qué le vamos a hacer!
    Buen finde!!!!

  4. Te has quedado descansada eh?

    :)

    Besos.

  5. paolav says:

    La soberbia es un pecado...enceguece, aleja a los buenos de corazón,produce daño y estancamiento, la luz decae y las personas se tornan menos bellas. Lamentablemente, siempre hay una camarilla de parásitos, diciéndole al soberbio que va bien, que está en lo correcto, al menos el soberbio tiene a su favor que "piensa" por otros.
    Yo no quiero nada, no quiero puestos ni cargos, porque uno cae en la soberbia fácilmente, hoy no quiero ni ser notada.

    Besos miles y abrazos

  6. Fiaris says:

    De acuerdo totalmente!!!
    y me causo mucha gracia lo de "perejil mustio."
    abrazos de finde.

  7. Me encantó lo de perejil mustio, y sí, haberlos haylos y haberlas también, que van dejando regueros de sopor a sus espaldas, a cada paso que dan así van cayendo dormidos todos detrás suyo plof plof plof.
    Por eso mejor mantenerl@s lejos, porque además provocan pesadillas y realmente no valen la pena... Un buen truco es quedárselo mirando con una sonrisa de oreja a oreja, hasta que se vayan pensando que somos tont@s. Al fin y al cabo: qué más da lo que piensen...

    Un besote

  8. Jackie says:

    que divino se siente escribir algo asi, no?

    no sabes las ganas que me dan de vez en cuando...

    si alguien no es pedante en el mundo eres tu, asi que tienes toda la autoridad moral.

  9. Reina says:

    Lo peor es qque cuando le dices "sos un tarado importante" sólo registran "IMPORTANTE" y así con mayúsculas... :(

  10. Genín says:

    Totalmente de acuerdo, además creo que produce úlcera de duodeno, de ahí el aspecto verde y estreñido de algunos rostros...
    Besitos y salud

  11. Completamente de acuerdo, amiga.
    Un abrazo.

  12. J.M.F.R says:

    Amiga Pato, como te contesto en mi blog, la vanidad y la soberbia son cobardes mecanismos de defensa de débiles de espíritu y, por tanto, de personas podridas de miedo. La soberbia y la vanidad les oculta del miedo. Sin embargo, el que decide mirar cara a cara a sus propios miedos, como tú, decide vivir con honor y dignidad. Unos días brillará la luz más, y otros días serán de tinieblas. Lo valioso no es no tener miedo, sino la actitud ante él.

    Vanidosos y soberbios pobres hombres, dignos de compasión

    Un fuerte abrazo

Gracias por tus palabras