Sendero de tierra que me trajiste al valle del gran ojo
ya no puedo seguir girando
es tan absurdo
dejame caer sobre el yuyo huraño y descansar.
Necesito mentir, ¿de qué sirven las verdades?
Me está pasando eso mismo ahora: lo de escribir como un río
turbulento
arrastrando piedras que mejor no mover
guijarros con algas podridas que nos asquea ver
entonces miento
de mi
siempre desde mi.
Rodeándome de palabras
robadas del tintero seco de otros ojos
diciéndome,
como si a alguien le importara
yo
qué ridícula puedo ser
naturalmente grotesca
como ese jarrón de barro
al que le falta el asa y se cubre de polvo
a fuerza del olvido
en el rincón mas remoto de la biblioteca.