"Y por eso es tan importante estar solo
y atento cuando uno está triste:
porque el momento
aparentemente carente de acontecimientos e inmóvil
está mucho mas cerca de la vida
que aquel otro momento ruidoso y casual
en el que la vida nos pasa como desde afuera."
-Rainer María Rilke-
Es tarde. Todo está cerrado, hasta la mismísima noche.
Incluso mis ojos bajan las persianas.
Se van para adentro
deslizándose
por
un
pasadizo
que
conocen de memoria.
Recostada en el sofá que tiene brazos de miel creyéndome dormida ellos bajan en puntas de pie.
Navegan un mar calmo.
Llegan a una región que supo ser blanda, de arenas cálidas.
Un caserío abandonado donde solían vagabundear por callecitas retorcidas, los espera de pie.
Se asoman por una de las ventanas, no ven luces encendidas e igual llaman.
Golpean con los nudillos la puerta de mi alma.
Silencio y pedregal.
Es toda la respuesta que hallan.
Allí pasarán la noche.
En esa tienda de campaña sin mas colchón que una nuca despoblada.