"Me refugiaré
Antes que todos despierten"
-Soda-
-Soda-
De ese lado
detrás de una pared de vidrio
ellas dormían el mal de su abandono
Del otro lado
detrás de una pared de vidrio
yo dormía el mal de mi abandono.
Despues de mirarnos largo rato,
nos parecíamos
sólo que estábamos en dos peceras diferentes.
Desde la mía,
pude ver sus rostros genuinos:
narices de ratón,
ojos de búho
sombras sin sentido
alas de lata
pies resecos de barro y hastío
apoyadas al cristal
-tristes cadáveres de una planta-
ellas dormían el mal de su abandono
Del otro lado
detrás de una pared de vidrio
yo dormía el mal de mi abandono.
Despues de mirarnos largo rato,
nos parecíamos
sólo que estábamos en dos peceras diferentes.
Desde la mía,
pude ver sus rostros genuinos:
narices de ratón,
ojos de búho
sombras sin sentido
alas de lata
pies resecos de barro y hastío
apoyadas al cristal
-tristes cadáveres de una planta-
caras lanceoladas, fusiformes
con sus cicatrices aún verdes
me miraban la pena desde su prisión,
eran espectadoras de esta pena mía
la que me come
la que no se combate con sequía
la que no se cansa
y me guía
Desde mi lugar de curioso privilegio,
con la botella de agua mineral en la mano
ahogada con el agua de mis ojos
creí entender qué les sucedía:
con sus cicatrices aún verdes
me miraban la pena desde su prisión,
eran espectadoras de esta pena mía
la que me come
la que no se combate con sequía
la que no se cansa
y me guía
Desde mi lugar de curioso privilegio,
con la botella de agua mineral en la mano
ahogada con el agua de mis ojos
creí entender qué les sucedía:
son las ocho treinta minutos en la ciudad de Buenos Aires
(la ciudad de la furia dice Soda)
las ocho y media de un día cualquiera,
de enero,
del año en curso.
El sol está escondido tras unos nubarrones de colores póstumos
no hace falta que mire mas
la radio anuncia que se esperan chubascos por la tarde
avisa que salgamos con paraguas.
Las miro
-cristales de por medio-
a las pobres muertas
y se me agrieta el alma
eso sí que es triste
mirar tras el vidrio que a mi me sobra lo que a ellas les falta:
(la ciudad de la furia dice Soda)
las ocho y media de un día cualquiera,
de enero,
del año en curso.
El sol está escondido tras unos nubarrones de colores póstumos
no hace falta que mire mas
la radio anuncia que se esperan chubascos por la tarde
avisa que salgamos con paraguas.
Las miro
-cristales de por medio-
a las pobres muertas
y se me agrieta el alma
eso sí que es triste
mirar tras el vidrio que a mi me sobra lo que a ellas les falta:
botellita de agua
lágrimas
tanto río inútil derramado
y ellas muriendo con una sed que espanta.
De este lado yo
reclinada en mi pecera,
con la cabeza apoyada contra el vidrio que se empaña
me pregunto quién estará mas seca de las dos
quién tendrá mas forma de planta
triste reflejo el que me alcanza
...cambio el dial
miro el cielo, es verdad, hoy tendremos agua.
lágrimas
tanto río inútil derramado
y ellas muriendo con una sed que espanta.
De este lado yo
reclinada en mi pecera,
con la cabeza apoyada contra el vidrio que se empaña
me pregunto quién estará mas seca de las dos
quién tendrá mas forma de planta
triste reflejo el que me alcanza
...cambio el dial
miro el cielo, es verdad, hoy tendremos agua.