Frases como paja húmeda, le hacía decir Woolf a uno de sus personajes en Las olas, estoy envuelta en frases que son como paja húmeda.
Cuando subí esta frase de VW, lo hice porque me quemó esa idea, me sentía así con mis frases.
Estaban allí, golpeándome las sienes, pero nunca encendían. Escribiéndose en mis paredes internas, sin atravesar mi piel.
Estaban allí, golpeándome las sienes, pero nunca encendían. Escribiéndose en mis paredes internas, sin atravesar mi piel.
Siempre veo historias.
Por donde voy leo historias.
Las leo con mis ojos, aún no escritas y las saboreo por dentro, me viajan en la sangre las historias que me conmueven, se me vuelven frases las imágenes, los gestos y quedo colgada como en suspenso.
Por donde voy leo historias.
Las leo con mis ojos, aún no escritas y las saboreo por dentro, me viajan en la sangre las historias que me conmueven, se me vuelven frases las imágenes, los gestos y quedo colgada como en suspenso.
Sin atreverme a mas.
Debo confiar en mí, me digo.
Debo confiar.
Me lo repito una y otra vez, a ver si dejo de sentir mis frases como paja húmeda, mis historias como ajenas, mi fuego como un peligro.
Pues bien, una frase sin humedad se me pegó a la piel, me abrió los ojos, y me dijo mirá, ahí tenés una historia ¿te animás?
En eso estoy, tratando de confiar en mí.
Intentando que al primer fuego, todas las frases ardan en mi cabeza, en mi pecho, en mis manos.
Debo confiar en mí, me digo.
Debo confiar.
Me lo repito una y otra vez, a ver si dejo de sentir mis frases como paja húmeda, mis historias como ajenas, mi fuego como un peligro.
Pues bien, una frase sin humedad se me pegó a la piel, me abrió los ojos, y me dijo mirá, ahí tenés una historia ¿te animás?
En eso estoy, tratando de confiar en mí.
Intentando que al primer fuego, todas las frases ardan en mi cabeza, en mi pecho, en mis manos.
Prestándole toda la atención a esta historia, que no sé hasta cuándo podré sostener viva y ni sé, si tiene algún sentido, es que me vino a la memoria algo que leí el otro día de Silvina Bullrich, ella dice “Y si alguien pregunta para qué sirve un cuento, podríamos preguntarle sin siquiera intentar llevarlo de la mano hasta una verdad que tal vez le parezca falaz, ¿para qué sirve una flor, un pájaro, una pradera y evitaremos preguntarle para qué sirve usted o yo, los dos mil y pico de millones de seres que se agitan sobre la tierra para la armonía secreta del universo.”
¿No es esto genial?
De momento el sentido que le encuentro a esta historia, es que me sirve a mí, después ya veremos si le sirve a alguien más.
¿Cuál es la verdadera historia? Se pregunta Woolf.
Me lo pregunto también yo.
Y no sé si será esta la respuesta, pero hoy siento que la verdadera historia es individual, es personal en un principio (es algo que te conmueve hasta los huesos) y necesita de frases despojadas de humedad, capaces de prenderte fuego y de tenerte en vilo.
Después, esa lectura que vos hiciste de esa historia, esas frases que se encendieron dentro te piden que les busques el vehículo por donde van a salir, quienes las van a vivir, decir, respirar, resistir…
En eso estoy amigos, me siento urgida por esta historia que se me instaló en las venas y que me pide que la escriba.
Debo confiar en mí, me vuelvo a repetir, como una retahíla me digo “debo confiar”…”debo confiar”…
Tal vez lo consiga.
Todo este palabrerío es para contarles porqué estoy caminando lento, porqué pongo una pausa, porque no me ven por sus blogs con la frecuencia que antes lo hacía.
¿No es esto genial?
De momento el sentido que le encuentro a esta historia, es que me sirve a mí, después ya veremos si le sirve a alguien más.
¿Cuál es la verdadera historia? Se pregunta Woolf.
Me lo pregunto también yo.
Y no sé si será esta la respuesta, pero hoy siento que la verdadera historia es individual, es personal en un principio (es algo que te conmueve hasta los huesos) y necesita de frases despojadas de humedad, capaces de prenderte fuego y de tenerte en vilo.
Después, esa lectura que vos hiciste de esa historia, esas frases que se encendieron dentro te piden que les busques el vehículo por donde van a salir, quienes las van a vivir, decir, respirar, resistir…
En eso estoy amigos, me siento urgida por esta historia que se me instaló en las venas y que me pide que la escriba.
Debo confiar en mí, me vuelvo a repetir, como una retahíla me digo “debo confiar”…”debo confiar”…
Tal vez lo consiga.
Todo este palabrerío es para contarles porqué estoy caminando lento, porqué pongo una pausa, porque no me ven por sus blogs con la frecuencia que antes lo hacía.
Pido disculpas por eso, pero no me dan los tiempos.
Pongo en pausa el blog, porque me siento en falta con ustedes, al no poder brindarme, como ustedes lo hacen conmigo.
Cuando recupere la “cordura”, vuelvo.
Los quiero mucho amigos, mucho.
Un abrazo fuerte y hasta luego.
Pongo en pausa el blog, porque me siento en falta con ustedes, al no poder brindarme, como ustedes lo hacen conmigo.
Cuando recupere la “cordura”, vuelvo.
Los quiero mucho amigos, mucho.
Un abrazo fuerte y hasta luego.