Sin embargo esto es verdad.
No soy poeta, ni narradora, ni cuentista ni escritora ni nada de eso.
Soy mujer de entrecasa –paramaldemalesburguesa- que entre cocina   lavarropas   mercado   salsas   inventa   adultera (que no adúltera)   fantasea   improvisa   miente

soy eso desde muy chica: una mentirosa

No mientas me decían, y yo mentía, mentía y mentía a sabiendas de que la nariz se me haría un tobogán y la espalda se me convertiría en un lomo de camello.
No mientas me decían y no me importaba,
yo mentía.

Las orejas me picaban y mentía. Los ojos se me volvían luceros y mentía. Falseaba los colores, confundía roles, inventaba lugares, alteraba realidades -es que la realidad era tan llana y lisa- ¿Cómo contar un naufragio rodeada de tiburones a los cinco años? ¡Hay que mentir! Pues ahí estaba mi justificación, y mentía.

No mientas me decían y yo decía que si,
que bueno,
pero no podía con mi genio,
iba y mentía: había un barco gigante, un puerto cuyo nombre siempre cambiaba y olas huracanadas que me traían de España, único lugar del mundo que yo sabía lejano con certeza, yo iba y venía en mi barco de papel y atravesaba borrascas   sirenas y piratas eran mis amigos

Se me caían los dientes por mentir, y el ratón Perez no venía.
Por eso, por decir mentiras y no me importaba, era tan lindo contar otras cosas que iba feliz por la vida con mi tobogán colgando de la cara, con mi joroba y mis orejas picosas y mis ojos de farol y mi boca desdentada.

¡Mentirosa!
 me decía yo misma cuando culposa me miraba en el espejo
 te vas a volver fea como una bruja
y los hombros se me levantaban como alas
a nosotros no nos importa –me decían-

¡Mentirosa!
-me decía el espejo- 
juro que el espejo tenía voz latosa, créanme por favor, me decía cosas!
Se ponía en mi contra, me decía -No hay tobogán, no hay joroba ¡mentirosa!

Y yo miraba bien  bien  bien, cerrando el ojo malo
(les cuento un secreto, uno de mis ojos era el que veía inventos, el otro era el bueno)
y era cierto en mi cara vivía mi nariz de tomate, en mi espalda no había desviación   ¡qué aburrido espejo!  
se merecía mi lengua larga  por molesto

mentirosa me decían
y yo mentía
mentía.

Y acá entre las letras me he vuelto niña-vieja/burguesa/de entrecasa
digo que escribo, pero miento.

9 Comentarios

  1. Fátima says:

    Dices que mientes pero escribes. Muy divertido. Un beso

  2. No mientes.
    Son verdades que están dentro de ti y se escapan en tus palabras.
    A ti te parecen mentiras pero desde el momento en que las escribes ya son verdades.
    No todas las verdades se pueden tocar.

    Besos.

  3. Pato says:

    Toro qué cosa mas bonita y cierta has dicho

    "no todas las verdades se pueden tocar"

    Gracias!

  4. Pato, seguinos mintiendo, por favor!!!!
    Es cierto, todos mentimos, los que escriben como vos, los que dibujamos, los que pintan, los músicos, somos todos mentirosos, siempre lo digo, y ahora vos me lo confirmás. pero es una mentira que los demás creen, no son de esas mentiras que de tan reales son increibles, las nuestras estan tan más allá de la realidad que la gente lo sabe y nos pide que le sigamos mintiendo, (por suerte, porque si no, no sé qué haríamos, no?)
    Besos (de verdad, no de mentira)

  5. Pato says:

    Si Hombre con barba, sigamos mintiendo que me hace bien =)

    Besos!

  6. "El arte es una mentira que nos revela la verdad" Pablo Picasso





    Éramos chicos.

    Las verdades eran tan banales

    insípidas y previsibles

    que comenzamos a mentir

    para sobrevivir a tanto aburrimiento

    No sabíamos que en realidad de eso

    se trata la cuestión del arte:

    de mentir con elegancia

    de mentir con furia

    como escupiendo la verdad,

    de mentiras húmedas

    de mentir a secas.




    Luego al crecer

    buscamos mil y una formas

    de abrazar a la belleza

    y en ese viaje sin brújula

    nos acostumbramos a mentir

    por amor a la verdad.

    el dolor nos besaba la frente

    y nosotros respondíamos

    con dulces mentiras

    que llamábamos poesías.

    Siempre mantuvimos la lucidez

    de saber que la verdad

    es una estupida mentira.



    Besos.
    Luis

  7. Querida pato, te entiendo muy bien, tu viejo fue como el mío, ambos amaban a sus patrias con la fuerza de un huracán perdido en el fondo de sus bolsillos.
    Muy muy hermoso querida amiga.

    Abrazos desde Copenhague,

    Ian.

  8. Almudena says:

    y ¿quien dijo qu tuviese que ser verdad?

    Sigue adulterando. Hay que ver la importancia de un sencillo acento.

    Besucos

  9. Cada uno tiene su propia Verdad. Coincido con Toro en que no mientes: le cuentas tu verdad al mundo. SIno hubieras dejado salir todo ese mundo interior te hubieras vuelto loca.
    Un abrazo gigante, Pato.
    Siento no poder pasar más frecuentemente a comentar. Me gusta leerte despacio y me cuesta encontrar el tiempo suficiente de calidad para hacerlo.

Gracias por tus palabras