Así
de furioso
se cae el cielo
Pedazos magros se licúan sobre un barrio cualquiera
la foto se repite en todas partes
ventanas y techos agobiados
atrás los ojos se hunden en los charcos.
Antes la lluvia era un refugio, un barquito de papel
Ahora es un descampado, es una muerta en la vereda, es un
viejo ahogado agarrado de un árbol, una heladera flotando, chicos en las alcantarillas
que no van a vivir, colchones tirados, perros aullando, manos y manos y manos
buscando a la familia, es Doña Rosa que lo ha perdido todo en el último
aguacero
Antes hacía tortas fritas
Ahora reza a la desatanudos
-Haber sobrevivido nos ha cambiado-
Desatanudos:
para que las alcantarillas se lleven el río
para que el viejo vuelva sano y salvo del trabajo
para que los chicos no salgan de sus casas
para que a nadie se le ocurra ir al mercado
para que el agua que se filtra bajo la puerta no siga
entrando
y bajando la voz
putea a los unos y a los otros
si no fuera por la desatanudos y la artrosis
¡flor de felpa le daría a unos cuantos!
- amenaza entre rezos la Doña-
Aquí también llueve y cuando camino hasta el trabajo las ratas corren por las aceras, y no es metáfora.La miseria avanza y aunque no tiene a nadie que la describa con belleza como tu lo haces, ni una Doña Rosa que rece a la desatanudos (he de buscar esa palabra aunque intuyo de qué va) también es desolada y amenazante.Un abrazo,jacarandá***
Cada vez, nos conmueven más las lluvias, nos estremecen las amenazadoras nubes negras... Un abrazo.
Con el temblor de los truenos en las ventanas, los latigazos de lluvia en los vidrios, me vienen imágenes como las que describiste y me angustio...
Pato, un abrazo.
Por acá todavía sin lluvia, ya tengo ganas de disfrutarla, eso si, tiene que ser buenecita, no portarse mal y no hacerse odiar sino querer :))
Besos y salud
Yo pagaría por ver esa lluvia contigo.
Besos.