BELÉN 38
Hace 5 horas.
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik
Mucho día te queda por delante.
Quémalo ya!!!
Besos.
Tengo un día semejante, pero no puedo abrirlo porque me contiene como si yo fuera la arena dentro del cristal...
Besos***
Claro, es todo tuyo para hacer lo que te de la gana con el...
¡Aprovéchalo!
Besos y salud
Mierda...creo que tiraría el reloj de arena contra la pared!
Gracias Pato por devolverle la palabra a lo inasible y darnos una mirada capaz de romper al espejo. Besos.
Yo soy piedras atrapadas en el cuello de un reloj que debía ser de arena
Un abrazo
¿como está tu morena? espero que muy bien.besos***
Vuelvo a la blogosfera y me encuentro el nuevo look de tu blog! Genial, Pato!!
Sabes? los relojes de arena siempre me han dado mucha penita... es tan plástica la pérdida del tiempo ahí, ¿verdad? Ay, que se pare, que se pare, que yo estoy frenética y no quiero volver a la vida real!!!
Un beso grande
Ah, pero echo de menos a Cortázar!!
Querida Pato, tras mis ausencias, vuelvo hoy a este mundo virtual y tras editar sobre desiertos vitales, te visito y compruebo que tu también te mueves por ellos.
Si lo abres, ya sabes... puedes ponerle más arena y alargar el tiempo... o quitársela y reducirlo, que a veces más valiera ¿verdad amiga?
Un abrazo inmenso
Pues yo haría como Un joven llamado Cuervo, a la mierda el reloj de arena!!