MANTENIMIENTO DE MÁSCARAS NAVIDEÑAS
Hace 8 horas.
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik
Yo solté hace rato el hilo de Ariadna y ya no recuerdo el camino de regreso.
A veces extraño, para serte sincera.
Suele costar dar ese paso..
Un abrazo
Saludos fraternos
Que disfrutes el fin de semana..
Voy a buscarte.
Te rescataré.
Besos.
¡Que bien que te encuentres!
¿No?
Besitos y salud
Cuanto más se vagabundea y se deambula más se divaga y se reflexiona. Besos!!
Es lo bueno de perderse, sirve para encontrarse...
Puede que sea cierto que las paredes se abren y que lo difícil sea atravesarlas.
Ahí andamos todos mas o menos, no?
El placer de perderse dura muy poco porque de pronto se transforma en una pesadilla.
Encontrarse es positivo, especialmente si tienes un espejo en el cual mirarte.
Abrazos desde Copenhague nuevamente nevada,
Ian.
Los laberintos están llenos de esquinas, por lo menos éstos que vos has dibujado. Y ya sabemos lo crueles que son las esquinas, pero todo laberinto tiene un centro.
Será tal vez, que deberíamos verlo como un espiral? ... las curvas son más suaves, compasivas.
Yo creo que lo has convertido en un bello espiral, ascendente o descendente hacia tu propio centro indestructible.
Un gran besote nena!!!!
De momento, cuando ví la imagen (del laberinto), pensé en Rayuela, en el cielo, en dar brinquitos...hasta llegar...
pero no, no es Rayuela, es un camino largo y extendido, ¿hacia dónde llevará?
Creo que te conoces muy bien, y te posees.
Un beso.
Me encantó el comentario de Toro, es un gran amigo, que siempre va de la mano.
Mano hábil, que rescata.
:))
Yo me pierdo cada vez que escucho esa voz que me habla y me deprime y me dice que todo lo hago mal...pero me encuentro cuando una nueva voz, mas tierna y paciente me dice ¡Aló!
Siempre hay una luz dentro del corazón que si la sabemos ver nos ayuda a salir de ese laberinto que parce ahogarnos y asfixiarnos.
Espero que pronto brille ante tus ojos.
Mis mejores deseos y mi afecto
Ese laberinto me suena familiar. Dejé unas señales en sus paredes para que tú pudieras salir. Sólo tienes que ponerte las gafas del optimismo y avanzar convencida de que vas a encontrar la salida.
Un abrazo enorme, Pato.
No hay salida... ¿alguien demostró que la había? Yo creo que no estamos hechos para disiparnos entre los muros y desaparecer en sendas borrosas. Lo que pasa es que tenemos la capacidad de soñar.
Con el mensaje de tus palabras de fondo, pienso que sólo se puede hablar de un laberinto cuando hay un espacio diáfano afuera. Tal vez no hay ese espacio diáfano, no hay afuera, no se trata de un laberinto. Uno puede hacer dos cosas: encontrarse o engañarse.
Yo prefiero lo primero, aunque duela.
Magnífico texto.
Besos