Alguien que no conozco, mira la vida pasar mientras espera el tren.
Deja
libres a sus ojos en el andén, mezclándose con zapatos, carteras, paraguas,
pasos, cigarros pisados. Hay barro, ha llovido. Sus ojos miran el rojo andar de
una chica, hasta que la pierde de vista. Ella no pudo mirarlo, estaba ocupada mirando una luz. Y vuelven mas sandalias, chiclets
pegados en el suelo, escupitajos, papeles. Llega el tren. Es el único que mira
por la ventanilla, mira cómo pasa lenta una estación tras otra, mira los techos
oscurecidos de las casas, y así pasan ventanas, autos, luces, carteles
luminosos, gente iluminada. A veces se le entrecierran los párpados de cansancio, pero se
sobresalta y vuelve a mirar cómo pasa el viaje. Busca entre la gente algo, tal
vez quiera volver a ver a la chica del vestidito rojo, pero son todas nucas,
cabezas gachas, caras enfrentadas a una luz azulina. Una señora mira su
lucecita. Al lado los niños que van con ella hacen lo mismo. Atrás un señor
mayor acerca la lucecita a sus ojos. El chico que está a su lado, de unos
veinte años no puede despegarse de su propia luz. Todos enfrentados a lo mismo:
ocurre algo definitivamente importante o una gran estupidez, pero eso no
importa, todos han sido captados. Trillones de mensajes y palabras y sucesos y
decires, y noticias y fotos y canciones y poemas y decesos y animales y niños
africanos y mares y bikinis y hamburguesas de macdonalds y frases célebres y
desastres y sonrisas y amores y mas animalitos que se ofrecen...
... y tanta soledad
que abruma cae sobre cada uno de ellos como lluvia de humo. Todos miran el
fondo del lago de sus celulares, buscando algún salvavidas, ignorando
el verdadero poder de una mirada que promediando el trayecto cierra su
pantalla.
Lo de los celulares es algo increíble.
Cada persona en su submundo particular completamente alejado de todo lo que le rodea.
No me extrañaría que de aquí unos años empezara a producirse los primeros desequilibrios emocionales por tanto aislamiento y soledad, paradójicamente causada por tanta comunicación.
Besos.
Algunos como ese hombre que mira alrededor se libran del ensimismamiento.Nos están quitando uno de los dones más preciados, el de la contemplación del mundo de la naturaleza y de otros humanos.Se alaba la belleza de atardeceres enlatados mientras ocasos espléndidos nacen y mueren sin que se les mire...
Pero mientras alguien contemple al hombre del andén y nos lo cuente como tú, hay esperanza.Un fuerte abrazo,jacarandá.***
Ayer estaba escuchando a una chica decir que se llega al extremo de estar sentados alrededor de una mesa de una cafetería un grupo de amigos y ni se miran, se comunican con los celulares, es de locos... :(
Besos y salud
Que bonito Pato!! El tren es un universo con inconmensurables estímulos... Me he sentido identificada por que yo soy de las que observan como los otros observan... Me recordó al otro día,que vi un chico en un puente mirando al río lleno de patos, y las nubes, estaba disfrutando tanto que no pude evitar mirarlo un rato. Es genial observar a la gente e imaginarse en que piensan o que miran. En cuanto a los móviles, es increíble como la gente se deja absorber, yo me estoy resistiendo a tener uno de esos por que no quiero dejar de disfrutar de los paseos y/o de los viajes, observando, leyendo...Has vuelto en plena formaaaaa. Biquiños
Me parezco al hombre del tren, me gusta mirar por la ventanilla, la cara de la gente, el sol que se filtra entre el entramado de los árboles o los ojos del bebito que todavía no se entregó a esas "lucecitas" adictivas y miran cada cosa con asombro y alegría.
Describiste estupendamente esta soledad de falsa comunicación, porque con tanto mensaje, se ha perdido la verdadera intimidad de una mirada o de una mano apoyada en el hombro.
Un fuerte abrazo y lo comparto en g+
Tan bonitas y misteriosas que son las miradas,
que triste que esas pantallas hoy día escasean.
Se nos va muriendo el alma.
Saludos.
Hola Pato,te dejo mi otro blog, no recuerdo si lo conoces--me gustó tu entrada---me ha absorvido el facebook, pero acá sigo escribiendo, en Monologando, mucho menos, si gustas pasar. Buenos tiempos para ti.
http://lamascara-lalibertad.blogspot.mx/
ja, te lo dejo, pero no lo puse, ahí está
Excelente, me encantó.
Genial semblanza de las (no tan buenas) consecuencias del avance de la tecnología sobre nuestras vidas. El final es impecable.
¡Saludos!
Deberías sde tener un botón de "me gusta" otro automatísmo que nos evita pensar para escribir. Me gusta tu blog, me gusta como escribes,s chiao hasta pronto.