Seca, como una sábana a los cuatro vientos, se despertó esta mañana la señora de enfrente.
Y ayer
y anteayer
y hace ya muchos soles que la señora abre la ventana con su
mirada en pleno desierto.
Yo que la veo desde acá sé que el único río que viene a
visitarla, es ese frío celeste de las esquinas.
En ficciones de sal
en cómics
en pelis alquiladas viene el río simulando una vena que no
existe.
Leo en su mirar baldío lo que escriben sus pupilas, mientras
corre las cortinas. Ella cree que deberían cobrarse las palabras como en los
viejos telegramas. O dejarlas caer en los bolsillos rotos. Guardarlas en bolsas
de nylon, en cajitas de zapatos para que se vuelvan roncas, o esparcirlas en
calles que jamás volveremos a pisar, pero eso no sucede. Escribe la señora,
mientras parpadea atrás del vidrio del mediodía y piensa que encima siempre
caen de pie. Sobre la carne. Atraviesan la piel, el plástico, los vidrios. Esos muros falibles que tardamos en levantar toda una vida,
ladrillo a ladrillo. Eso dicen sus ojos mientras baja los párpados que aún no
ha maquillado, porque el día hoy es lánguido.
Incluso cierto metal puede ser lento, piensa.
Me doy cuenta de eso porque sus dedos estrujan la fina gasa
del cortinado, y a pesar de cubrirse parcialmente con él, desde acá puedo leerla.
Ella escribe ahora en ese arenal turbio de sus ojos, que no le teme al filo.
Sabe que corta mas una palabra que un pedazo de latón. Sus dedos se aflojan y la
cortina cae liviana. Dejo de verla, pero escucho sus pasos leves que se alejan del muro, bajo la piel, dentro de la caja. Sus
pasos se pierden en el fondo de mi grito, explotando en mi boca antes de que
pueda leer el último bosquejo de sus ojos.
Hay veces que me asustas.
Terror para el alma.
Bueno, si, no te felicité, quizás para no ahondar en la herida.
90 años son muchos años Patricia.
Ojalá llegues a 100.
Besos.
No es agradable y no le deseo mal alguno, pero mientras le suceda solamente a la vecina de enfrente, el mal es menor... :(
Besos y salud
Tu pintura de la soledad estremece.Besos***
Y el triste rito se repite sistemáticamente hasta la muerte... Un abrazo.
Gracias,Pato***