Si espío por una ventanita que a veces abro para ver quién fui, me veo sentada en la parte de atrás del auto de mi padre escuchando fútbol junto a él y a su inseparable amigo Raúl.
Mi padre hincha de Boca, Raúl de Independiente. Los quería tanto a los dos que en esos momentos yo sentía que no podía soportar que Boca le ganara a Independiente y por supuesto soportaba menos que Independiente nos ganara a mi padre, a mi y a Boca.
Ellos eran tan amigos que se juntaban siempre a escuchar los enfrentamientos del equipo de sus amores, como si estando juntos sufrieran menos la derrota. Yo atrás padecía la caída de la tarde, inquieta y preocupada por la posibilidad de algún gol, deseando que ese mundo que sucedía ahí en la radio, termine pronto y vuelva la risa, porque desde acá, desde donde yo espío los veo serios, enérgicamente contenidos de emoción. Sus nucas tiesas de perfecta peluquería semanal y gomina, el humo de sus cigarros envolviendo el último sol y peleando con la esencia del Old Spice haciendo remolinos en mi cabeza. Y la calle...La calle de mi casa estaría tan desierta como me parece verla a mi? ¿O será esta tarde de domingo?
Cuántas cosas pueden traernos los domingos, no? Lograste sentarme en ese asiento en sepia a esperar la risa..eso es magia, Pato.
Un abrazo
Es esta tarde de Domingo que te lo trae todo y la ocupan tus recuerdos, por eso ves la calle vacía...
Besos y salud
Lograste hacerme traspasar esa ventana del tiempo....
Besos :)
Te he visto ahí tan linda...
Gracias por regalárnoslo.
Besos.
Me gusta tanto cuando nos llevas a tu infancia...
Gracias,jacarandá.Besos***
Los domingos no sé por qué tienen eso de evocador...qué bonito verte allí con esos hombres importantes para ti...que dulzura en el relato. Mi abrazo cariñoso.
Uno nunca deja de ser, querida Pato. A lo sumo se está siempre en movimiento, cambiando la forma y las formas.
Por cierto, el fútbol tiene esas cosas de quitar y dar que a muchos, de una u otra manera, nos enamora. Un beso!
Me recordaste a mi abuelo viendo el futbol con la tele sin sonido y la radio encima de la mesa camilla con el volumen a tope. Y la calle igualmente vacía.
Besucos.
Las tardes de domingo cuando el sol se apaga son especiales para recordar a los padres.... :)