"Tengo alma de valija, pero de valija que vuelve"

-Discépolo-

Ya no tengo corazón. Ahora no sé qué tengo, ellos me lo han explicado a la perfección utilizando el lenguaje de los médicos, que generalmente a las dos palabras me pierdo, de modo que no entendí bien. Da igual, lo que importa es este sol, el parque, esos niños jugando...

Lo de que no tengo corazón, no lo digo yo, lo dicen unos estudios médicos que me hice hace unas semanas. Aseguran que tengo un maletín. Para convencerme han tenido que llevarme a una sala especial, donde me han conectado a una máquina de imágenes y me lo han demostrado.
Todo este chequeo sobre mi salud, lo comencé pensando que algo en mi psiquis andaba mal, para ser mas concreta, que me estaba volviendo loca.
Porque de un tiempo a esta parte, diariamente comencé a sentir dentro mío un cierre que se abría y se cerraba, como oxidado.
Pensaba que era algo psicológico, algo de índole psiquiátrica y no. Me dicen (extrañamente) que de la cabeza estoy lo bien o lo mal que está todo el mundo en estos tiempos, nada para preocuparse, pero lo del “bobo” es una rareza.
El ruido oxidado viene de ahí.
Es necesario abrir (cuando dicen abrir con tanta naturalidad a mi se me aflojan las piernas, pero resisto). Luego hacer un informe exhaustivo para elevar a determinados círculos de la ciencia.
Voy a salir en los diarios, en la televisión, en la radio. Me han sentado frente a ellos y con serenidad y cierta excitación en sus voces me lo han manifestado así.
Les he pedido reserva.
Me han dicho que será muy difícil.
Les he suplicado que mantengan mi anonimato, por no causarle un daño a mis seres queridos. Imaginen por un momento que se sepa que en lugar de corazón, tengo una pequeña valija, de un cuero reseco y viejo. Repleta de souvenires apretados, revueltos, que he ido guardando a lo largo de la vida. Todos mezclados, sin orden alguno.
¿Qué se hace con todo eso si es que hay algo?
¿A quién le interesa quedarse con todo ese rejunte, en caso de que muera en el intento de abrir la valija para investigar lo que hay adentro? Si es verdad que son recuerdos, o es un montón de viento…
Me lo han preguntado en serio, mirándome a los ojos con el ceño fruncido, con la severidad que indica un caso semejante, con sus rostros levemente enrojecidos.
Y me he quedado callada, no he podido responder, la vista se me nubló y de la letra chica no entendí nada.
Firmé igual, obedeciendo un curioso impulso, por primera vez me sentí importante. Pasaré a la historia de la ciencia –pensé-. Mi corazón –que ahora me vengo a enterar que no es un órgano musculoso, sino una valija- será objeto de estudio.
Una serie de razonamientos en cadena, cual efecto dominó se apoderó de mí. No haré de ellos mención, para no extenderme en el relato, pero frente a ellos, mansamente firmé, pues llegué a una tibia conclusión, casi húmeda, como con sabor a cuero mojado y me dije para mis adentros “ahora comprendo”.
“Ahora comprendo” repetí y entonces firmé.
Ellos, unos hombrecitos pulcros, desinfectados, con guantes y sombreritos verdes, me llevaron al quirófano. No sufran, yo iba contenta, por no decir que iba camino a la gloria.

Bueno.

Esto sucedió hace unas semanas atrás, llevo días sentada mirando detrás de la ventana lo hermosas que son estas mañanas soleadas de invierno. Se huele desde aquí el delicioso vapor de las verduras. En un momento más, almorzaremos. Luego vendrá el paseo por los jardines, la tarde, el té de hierbas en las tazas de losa y las galletas de limón que hace Elvira.
No han podido explicarme lo que ha sucedido con mi operación, dicen que los resultados arrojaron nada
Bueno, tampoco es nada…Un gran vacío difícil de explicar, que ellos han dado en llamar nada. Han tirado a la basura cuanto encontraron. Y lo extraño, es que no he tenido fuerzas para reclamar, lo mucho que me importaba cuanto había allí adentro.
Lo que todavía me pregunto y les pregunto y no tengo respuesta, es qué hicieron con la valija. No sé si lo soñé o leí por estos días en algún diario (debo decir que mi vida se ha vuelto confusa) o lo imaginé en estas horas que gasto mirando el parque de enfrente donde juegan unos niños sobre la arena haciendo castillos que luego el viento vuela, pero me pareció verla esperando sola, el paso de un tren carguero, que alguna vez supo ir hacia el Oeste.

28 Comentarios

  1. genial ;)

    ese "click" k le cuesta abrirse ..... ais....

    Bezzzz ;)

  2. Faby says:

    Pato... me morí! no puedo con esta valija... es DEMASIADO genial ♥
    me dió penita que no se llegara a saber que había dentro de ella =(
    (q la recuperación sea rápida, x fvr! )
    Besotes linda!

  3. Ahora lo entiendo todo, pero quien iba a imaginar.....

    Besos.

  4. mmmmmm Pato... entre la música, tus letras y el entrelíneas, se me ha hecho un nudo en la garganta y por pura curiosidad me he mirado el lado izquierdo del pecho, pensando... en ese maletínacorazonado, debió haber miles de historias....
    Te abrazo amiga de mi alma!

  5. Murgan says:

    De leerte siempre me acostumbro a tus líneas dulces, y en ese duermevela, en ocasiones llego a perderme matices maravillosos que resbalan entre mis dedos. Disfrutando cada letra, incluso leyéndote sin leerte.

    Hoy te bebí tres veces seguidas, a cuál más consciente y certera. Gracias por tanta lucidez. Y bendito corazón habitado por rincones insomnes que jamás se vaciarán del todo.

    Gracias. Y un beso fuerte.

    R.

  6. Anónimo says:

    por ahi se vuelve, por ahi uno nunca se ha ido realmente, te acordarás de eva y el sol? :) te he seguido leyendo...Besos

  7. Anónimo says:

    Es sabido que la naturaleza no gusta del vacío. Que ahora te sientes confusa es la prueba.

    Esa valija que está fuera es lo más parecido a un disco duro externo. Por eso se pueden regresar los secretos perdidos.

    Cuando uno recuerda, algo vuela de nuevo desde la valija a tu corazón.

    Sólo hay que volver a reinstalar.

    Un beso.
    Co-dor-níuuu...

  8. este óxido, este ruido... en ocasiones he pensado en ese quirófano, en el vacío necesario para 'comprender'...

    precioso, dulce...

    un beso

  9. Fernando says:

    ME SIENTO EN LOS ANDENES DE LA NOCHE Y AMANEZCO DEJANDO UN BARCO FLUVIAL,...este será, probabemente, el principio de un poema que haga en homenaje a tu corazón viajero...

    besos dulces ..

  10. es ficcion o real?

  11. ybris says:

    Te leía preocupado porque sé que escribes tan desde dentro que siempre hay un fondo real en lo que dices.
    Pero quiero creer que tu convalecencia es el lugar en que analizas la belleza de un corazón cargado de cosas bellas.
    A mí, como a Fernando se me ha aparecido la llamada de un poema a ese corazón viajero. Sé que el hará justicia a la belleza inmensa de lo que hoy has escrito.
    Yo ya quedo pagado con el enorme placer de leerte.
    Quizás la protagonista de tu relato no tenga corazón, pero tiene una valija como el más insuperable de los corazones.
    Tu tienes el don genial de la palabra.

    Besos.

  12. YBRIS, gracias :) y tranquilo, que mi "corazón-valija" está como mi cabeza, lo mas o menos bien que se puede estar en los tiempos que vivimos.

    Fernando ya me envió su poema y le he dicho que lo suba a su blog, merece ver la luz de los ojos de sus seguidores.

    Y este relato tiene de ficción lo del quirófano y todo eso (qué miedo) y de realidad que no tengo corazón, sino una valija =P

    Un abrazo.

  13. Me encantó Pato, es exquisitooooooo, con muchas o, muchas, muchas, super, guauuuu.

    Besos admirados y embelesados!

  14. AZUL says:

    Buena historia, hermosa metafora de tu corazón....creo que todos tenemos algo oculto, distinto, pero hemos andado engañados con esa denominación de "corazón"....a veces yo siento una luna...menguante, creciente, otras tantas oculta.....

  15. Te han engañado amiga,los Dres suelen hacerlo
    sea lo que sea que encontraron, allí lo dejaron intacto: de no ser así estas no serían letra tuyas

    serían letras vacías, ajenas

    besos

  16. Muy interesante este relato!

  17. mangeles says:

    Bueno, como juego con ventaja, de que ya se que es mentirijilla...pues ...

    ¿Y cuantas valijas más tienes dentro? ¿ y la de la cabeza?, y ¿la de la tripita?, y ¿las dos chiquitas de los pies?....porque digo yo, que también guardaras ideas y recuerdos, y sabores, y caminos y viajes...¿o no?...

    Besitos de domingo

  18. paolav says:

    No pude evitar mirar hacia el centro de mi pecho, fui hasta el espejo del baño y miré entre mis costillas, traspasé la piel con los otros ojos, los que ven hacia adentro...

    Te haz pasado esta vez Patito, me haz dejado pensando, haz creado algo...

    besos y versos

  19. Jackie says:

    Quizas yo era un papelito pequeño en esa valija... uno que escribimos en el 2007 me parece.

    Me estoy muriendo de un ataque despiadado de hermosura con todas las cosas que tenia pendientes aqui, Pato. "Boton escarlata" es, es... Dios, no se si que nombre darle.
    Este relato, los posts anteriores, todo me gusta mucho. Ojala sepas lo que eres y tengas conciencia del nivel de lo que escribes.

    Un beso grande.

  20. un relato maravilloso y con todos los condimentos...ceo que uno debería operarse de muchas cosas, entre ellas de falsas personas e ilusiones...
    Un placer leerte.
    Besos desde La perla de Janis

  21. Anónimo says:

    Ves, eso me pasa por entrar al principio...

    ¿O sea que hubo una operaciÓn real?

    ¡Mamma mía!

    Y yo pensando que era no más que un formateo virtual del espíritu...

    En fin, bien está lo que bien acaba. Aunque siento que mi intuición haya tenido menos cobertura que un móvil en la Antártida.

    Pero, bueno... nunca es tarde para mandarte unos bombones a la habitación donde estuviste, ¿no?

    Y una bandada de besos en uve.
    Pepe.

  22. PEPE, noooooo no hubo operación real!!!!

    Era todo de mentirita :))))

    Pero a los bombones mandámelos igual, ajajajajaj!!!!

    Besos

  23. GEORGIA says:

    Genial mujer...que manera tienes de dejar mis ojos pegados a tus historias...sabes? me atreví a abrir el cierre de tu valija...y vaya que está llena...me robé una o dos cositas ;)

    te abrazo

  24. Lena yau says:

    Ay...menos mal que hay risa con los bombones del sombrerero...jajaja...porque mientras te leía entré en modo pánico....

    (Tengo tanto miedo últimamente que creo que voy a tener que regresar al diván...vos qué crees?)

    La valija está...nadie la extirpó...es imposible...

    Llena de pegatinas, raspadita en alguna esquina y con la hermosura del cuero usado, de la petaca viajada, del contenedor de miradas.

    TQM, Marula...mucho, mucho...

    Si el Ladrón olvida enviarte los bombones, avisame...que te envío tres cajas de los que más te gusten!

    Alas, pinguinos y mariposas!

  25. Marina says:

    Aunque el tema de los hospitales y los médicos me supera tu relato tiene una cadencia y una melodía preciosa. Saludos!

  26. meridiana says:

    Pato, muy original tu relato para hablar de un corazón convertido en metáfora de los recuerdos.

    Muchas vías en las fotos y algo de esa nostalgia que nos embarga cuando llegamos a entender lo que se nos ha perdido y cómo nos hemos perdido. Los trenes, las estaciones siempre convocan esa lejanía.

    como esas líneas telefónicas en las que alguien repite una y otra vez hola y sólo se escuchan pequeños sonidos de interferencia.

    abrazo

    Lilián

  27. Letras que dejan un halo de nostalgia y arrojan misterio indiscutible pero, a la vez, esa dulzura especial en tí para expresarte.

    Un abrazo amiguis!

  28. La Negra says:

    Hermosísimo!!! Lo leí y en mi mente iba pasándose una película en la que me metí profundamente, como en el cine, y me olvidé de todo. Estuve allí, contigo.

Gracias por tus palabras