MANTENIMIENTO DE MÁSCARAS NAVIDEÑAS
Hace 2 horas.
Sentido por Patricia Angulo el
-
"Las avenidas de tu corazón
que recorríamos sin nada que temer
Aquellos días no sabía que podía perder
¿Quién se acordaría mejor?"
-Quique González-
Todavía recuerdo esa mañana de sol. Y el sendero repleto de flores al costado, en los canteritos que había en esa parte de la ciudad, donde aun las veredas de baldosas no habían llegado. La primavera estaba en sus inicios y el perfume me quitaba la calma, ya mis ojos en esos años miraban poesía y mis palabras armaban rimas absurdas mientras corría detrás de las mariposas.
Era un barrio humilde donde ella vivía, hecho de casitas bajas, tapadas con remiendos que me llamaban la atención, me daban ganas de ser arquitecta cuando fuera grande y reconstruirlas. Me fascinaban los ruidos de tantos chicos jugando en las calles a la pelota, los olores a estofados a esas horas eran mi perdición, por un momento me olvidaba de las flores y soñaba con un pancito mojando las salsas de esas ollas tiznadas, ollas gigantes para todos los que quisieran, así eran las cocinas de esos barrios, abiertas, con mesas extendidas al sol, con manteles de cuadros y galletas caseras, con platos soperos, con sombras de paraísos florecidos, con florcitas que yo enhebraba en cadenas largas de ilusiones violetas.
Cerca del mediodía en una de esas casitas me esperaba mi regalo de cumpleaños, el papá de Angélica me lo había buscado especialmente para mi, yo no sabía de qué se trataba, y caminaba ansiosa hasta la ultima casita de la calle, después se venía un campo ajeno, un pastizal que me superaba y los caballos. Hasta allí tenía permiso, mas allá se ponía bravo.
Y mas allá era mi inquietud, mas allá mi mirada me llevaba con pasitos cortos y con la curiosidad abierta de par en par, mas allá me arriesgaba, yo aun no sabía de peligros, era el no por el no y eso no podía conmigo.
Una vez allí, mi corazón parecía volverse del tamaño de un motor de avión y me hacía volar desesperada hasta los patios del fondo de la casa de Angélica, esos patios enormes, con tendales de sábanas blancas batiéndose al sol, con la radio agitada en noticias barriales y la voz del pueblo anunciando las ofertas de la tienda mas importante, para después escuchar un acordeón y alguna canción cursi, de esas que le gustaban tanto a ella.
Esa era mi excursión matinal algunos sábados, pero ese era especial porque me esperaba un regalo y ahí estaba yo, toda feliz anunciando mi llegada, golpeando con las manos, gritando los ¡buenos días! y los ¿hay alguien aquí?, los perros saliendo todos a recibirme, yo corriendo hasta el árbol mas cercano para treparme por las dudas, Angélica saliendo con mi regalo envuelto en un pañuelo de colores y yo saltando desde lo alto, con la sonrisa de pleno vuelo.
Descubrir el pañuelo, mirar un pechito colorado dentro de una jaula nueva y morir de amor mirando sus ojitos de encarcelado. Agarrar mi jaula y mi pájaro y dar las gracias con los ojos inundados fue todo un mismo paso.
Agradecer aquél regalo y salir silbando bajo, hacer como que me iba para mi casa y volver sobre mis pasos, mezclarme entre los ombúes desmechados, correr hacia la zona prohibida de los pastizales altos y perderme como siempre, subirme al árbol mas alto de aquél campo abierto, ese árbol que era mi casita sin techo, mi balcón solitario, mi terraza de sábados por la mañana, abrir la jaula y dejarlo salir volando, fue el otro paso.
Al principio lloré, recuerdo que me quedé en ese árbol llorando porque adoraba a los pechitos colorados y nunca había tenido uno tan cerca de mis manos, era todo negro, de un negro intenso sólo visto por mi cuando crecí, en la soledad de algunas noches y tenia en el medio del pecho un corazón carmín, hecho de sangre y plumas. Después cuando me bajé de allí y volví por el sendero que me regresaba a mi barrio, a las veredas con baldosas, a las casas mas altas y a los autos, supe que en ese territorio negado, no permitido, prohibido y desolado, un pedacito de mi se había quedado jugando para siempre, algo de mi había retomado vuelo y se había perdido en un cielo que estaba hecho para los pájaros no enjaulados.
Era un barrio humilde donde ella vivía, hecho de casitas bajas, tapadas con remiendos que me llamaban la atención, me daban ganas de ser arquitecta cuando fuera grande y reconstruirlas. Me fascinaban los ruidos de tantos chicos jugando en las calles a la pelota, los olores a estofados a esas horas eran mi perdición, por un momento me olvidaba de las flores y soñaba con un pancito mojando las salsas de esas ollas tiznadas, ollas gigantes para todos los que quisieran, así eran las cocinas de esos barrios, abiertas, con mesas extendidas al sol, con manteles de cuadros y galletas caseras, con platos soperos, con sombras de paraísos florecidos, con florcitas que yo enhebraba en cadenas largas de ilusiones violetas.
Cerca del mediodía en una de esas casitas me esperaba mi regalo de cumpleaños, el papá de Angélica me lo había buscado especialmente para mi, yo no sabía de qué se trataba, y caminaba ansiosa hasta la ultima casita de la calle, después se venía un campo ajeno, un pastizal que me superaba y los caballos. Hasta allí tenía permiso, mas allá se ponía bravo.
Y mas allá era mi inquietud, mas allá mi mirada me llevaba con pasitos cortos y con la curiosidad abierta de par en par, mas allá me arriesgaba, yo aun no sabía de peligros, era el no por el no y eso no podía conmigo.
Una vez allí, mi corazón parecía volverse del tamaño de un motor de avión y me hacía volar desesperada hasta los patios del fondo de la casa de Angélica, esos patios enormes, con tendales de sábanas blancas batiéndose al sol, con la radio agitada en noticias barriales y la voz del pueblo anunciando las ofertas de la tienda mas importante, para después escuchar un acordeón y alguna canción cursi, de esas que le gustaban tanto a ella.
Esa era mi excursión matinal algunos sábados, pero ese era especial porque me esperaba un regalo y ahí estaba yo, toda feliz anunciando mi llegada, golpeando con las manos, gritando los ¡buenos días! y los ¿hay alguien aquí?, los perros saliendo todos a recibirme, yo corriendo hasta el árbol mas cercano para treparme por las dudas, Angélica saliendo con mi regalo envuelto en un pañuelo de colores y yo saltando desde lo alto, con la sonrisa de pleno vuelo.
Descubrir el pañuelo, mirar un pechito colorado dentro de una jaula nueva y morir de amor mirando sus ojitos de encarcelado. Agarrar mi jaula y mi pájaro y dar las gracias con los ojos inundados fue todo un mismo paso.
Agradecer aquél regalo y salir silbando bajo, hacer como que me iba para mi casa y volver sobre mis pasos, mezclarme entre los ombúes desmechados, correr hacia la zona prohibida de los pastizales altos y perderme como siempre, subirme al árbol mas alto de aquél campo abierto, ese árbol que era mi casita sin techo, mi balcón solitario, mi terraza de sábados por la mañana, abrir la jaula y dejarlo salir volando, fue el otro paso.
Al principio lloré, recuerdo que me quedé en ese árbol llorando porque adoraba a los pechitos colorados y nunca había tenido uno tan cerca de mis manos, era todo negro, de un negro intenso sólo visto por mi cuando crecí, en la soledad de algunas noches y tenia en el medio del pecho un corazón carmín, hecho de sangre y plumas. Después cuando me bajé de allí y volví por el sendero que me regresaba a mi barrio, a las veredas con baldosas, a las casas mas altas y a los autos, supe que en ese territorio negado, no permitido, prohibido y desolado, un pedacito de mi se había quedado jugando para siempre, algo de mi había retomado vuelo y se había perdido en un cielo que estaba hecho para los pájaros no enjaulados.
"Esta mañana de verano atormentado
me he levantado sin pegar un trago
Todos los pájaros estábamos mojados
enfilados en la cuerda de tender"
-Quieque González-
-Pasaje-
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik
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Va pasando el tiempo y sigo admirado de cómo puedes meternos en ese barrio humilde, he olido el estofado, casi me he quemado con una olla tiznada, y me he quedado maravillado de lo bien que jugaban los chicos a pelota.
Y bueno, el pechito colorado se me ha quedado en el corazón, lo más tierno y hermoso que he leído en mucho tiempo.
Ovación para tí.
Besos.
Ay!
Como sea HOY te leo y dejo comentario!!! y en el anterior!!!
Patin te quiero :) Gracias por ESTAR-
Mañana voy? :P Tal vez me animo.
Chuikkkkkkk!
Haríamos un bosquecito encantado con todos esos árboles de infancia que fueron refugio sin techo, mástil sobre océanos de sueños, islas de paz donde siempre soplaba la brisa amorosa del reclamo materno y el olor a estofado.
Me has hecho sonreir recordando mis propios pájaros liberados.
Gracias y besos
:)
Gab
tejes con magia y magia y magia.
yo jamás he soportado a los pájaros enjaulados, me da un dolor, y comprendo perfectamente esa disyuntiva entre el apego y la justicia, el tenerlo cerca o dejarlo volar, y así sucede también con las personas.
me ha encantado esta narración, es que me envolviste y todavía estoy ahí.
abrazo enorme
.
.
.
Ay Patín!, perderás plumas, las alas nunca....
Qué bonito!!! Me hiciste acordar a mi infancia, mismos escenarios, mismas sensaciones, mismos sentimientos...
Te dije que te quiero, no? Bueno sí lo hice, lo vuelvo a repetir para que no se te olvide!!!!
Besis!!
ps: estem entendí la explicación, lo único que tengo un problemita con el 2do semáforo, doblo a la izquierada y... y... después pa' dónde!!!!!????? Jajajajaja, nahh chiste. Nos vemos!!!!
Siempre volvemos a esos lugares, Patito, siempre volvemos al primordial deseo de batir alas, de nunca un pàjaro bello con alas cortadas.
Describes con una cadencia melancòloca que invade, que socava hondos paisajes, yo te lo agradezco y te dejo un abrazo apretado y contenido desde mi sàbado soleado.
Un besazo de oleaje en el muelle.
Hola Pato:
Me he emocionado leyendo esa historia de tu infancia, y gracias por abrir la jaula y hacerlo volar, las alas son para eso.
Tu historia me ha recordado a la de Juan Salvador Gaviota.
Gracias por los momentos que regalas, eres increible.
Un beso
¿Otra vez las tres?????.
Muero de envidia.
A este paso dejaré de venir.
Podríais ser más discretas y que no me enterara :-((((((((
Besos.
TORO, me encantó dar una vuelta con vos por ese barrio que adoré de niña, y si ese pajarito ha quedado guardado en tu corazón ya no me quedan dudas que va a volar por siempre.
Besos y gracias.
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BADANITA, nada de leer, usted se me va a la calle a tomar esta especie de sol que hay y a respirar esta primavera anticipada.
Besitos y nos vemos :)
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POEMASPERDIDOS, estaría bueno hacer un bisquecito encantado con todos esos árboles-casita que conquistamos en la infancia.
:) ¡¡me encantó!!
Besos
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NIKA, vos sí que sos una tejedora incansable de emociones!
Quedate el tiempo que quieras :)
Abrazo.
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MAY, por algo nos hemos cruzado ;)
El cariño es mutuo, lo sé rubia linda! :)
Tontis, con la supermega exlicación que te di no te podés perder!!!! Aparte la vas a tener de copiloto a Andy, juaaaaazzz!!!
Besotes!
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UMI, a vos y a mi la melancolía nos puede, ahora con ese abrazo me llevaste hasta ese muelle que imagino gastado y comido por la sal, y me fui de viaje hasta tu mar.
Besos.
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MIGUEL, siempre me gustaron los pájaros dibujados en el cielo o apoyados en las ramitas de los árboles, un pájaro enjaulado es algo profundamente triste.
Nunca olvidé ese día, por la sensación de placer que tuve cuando le abrí la puertita, estaba dejando salir algo que me encantaba y yo sabía que no iba a volver, por eso terminé llorando, pero regresé feliz.
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TORO, ajajjajaj!!! Ay yo no fuí, esta vez soy inocente, yo no dije ni mu!!!!
¡¡¡¡aajajajjaj!!! Prometo que no habrá crónica del encuentro, esta vez será top secret, ajajjaja!!
Si dejás de venir mi blog va a entrar en coma profundo, ¡¡¡¡ajjajajj!!!!
Besos y risas :)))
Antes de llegar a "mi terraza de sábados por la mañana" supe lo que escribirías. Mi niña eres así,sin más comentarios.
Tqmmmmm
Que bonito Pato, que bonito escribes, que bonito cuento. Me has transportado a un bosque, te he visto trepar y .... he visto tu corazón volar libre!!!...
Que historia tan preciosa...
Muchos besitos y abrazos.
P.D.:Leí que vas a ver mañana a May y a Badanita... puedes hacerme un favor especial? puedes llenar de mimos a Andrea por mí? por fi! que está cansadita estos días.... Gracias Pato. más besitos.
Patito:
Ufff- :)
Esta vez no llorè! iupiiiii!
Vos sabès? Es verdad eso que dice TORO.
Uno te lee y vos tenès algo -... esa posibilidad de imaginarnos el barrio, escuchar las risas de los chicos que juegan a la pelota, imaginar a angèlica!
Y tan loco es todo que hasta siento "olor" a tierra mojada.Vos no escribiste ni de lluvia ni nada.
Que lujo considerarte una AMIGA.
Mientras te leìa pensaba:
" Que hermoso corazòn el de Pato, cùanta ternura, cuànta vida"
Che Pato: Es hora de volver a ser esa niña que se atrevìa a cruzar esa zona no permitida. Vos ya sabès. Si te da miedo te doy mi mano y vamos juntas.
Muakkkkkk!
Te veo mañana :)
MILLARAY, se me nota no? :)
Besos y yo tkmmmmm!!!!
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TUMEJORAMIGA, ese pajarito esa mañana era mi corazónn volando libre :)
Y por supuesto que llenaré de mimos a Andy, anda cansaducha, pero mañana entre May y yo la ponemos en órbita de nuevo, vas a ver que si!!
Besitos
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BADANITA, al final quien terminó emocionada fui yo!
Me conmueve algo de vos, no lo se definir, tampoco importa no?
Angélica era mi niñera y tan pesada era yo que los sábados que ella no trabajaba en casa, me iba yo hasta la suya por las dudas me extrañaraaa, ajajjaja!!!!
Ahora pienso pobre chica, no la dejaba descansar nunca, cuando me veía aparecer debería correr a esconderse! En verdad no se escondía, era un amor :)
Mirá lo que te estoy contando...
Besos y Tumejoramiga viste como te cuida no?
¡¡¡Nos vemos!!!
Vine a tocar el embeleso, a bañarme en el... qué plácida estancia es la vida, si la miro desde aqui... y ya lo dijo TORO,
ese pechito colorado, qué ternura sentí.
PATO, eres grande, la Gloria te cubre, para tocarla, a ti, uno te
tiene que leer.
BESSOOOOOOOOOOOOOOOOOOS.
Hermosos recuerdos de momentos hermosos.
Esos son los que trato de mirar cuando me da por ver al pasado..
Saludos
Gracias Pato... estoy segura que si la pondréis en órbita entre las dos, llenándola de todo el cariño que se merece!!!!
Besitos y feliz domingo!!!
P.D. Quiero ver fotos de este encuentro!!! Del primero no ví ninguna :( más besitos...
OCEÁNIDA, claro que es doloroso.
Abrazo enorme!
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SOLES, tus comentarios me matan de amor :) y me dejan sin palabras.
Besos
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GATO, yo hago lo mismo intento buscar esos momentos donde me sentí mas cerca de la vida, mas allá de que ahora la nostalgia se apodere de mi cuando los rescato del ayer.
Besos y luego pasaré a visitarte.
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TUMEJORAMIGA, mmm no prometo fotos, ja!
Pero mimos para Andy tenelo por seguro!
Besos y ya te contaremos :)
PATO: hay tercera y última parte.
BESOOOOOOOS.
Eres tan descriptiva, haces entrar tanto en tus letras a quien las lee... que confome iba leyendo era yo quien recibía el regalo... y sabía que el siguiente paso sería soltarlo y dejar que alzara el vuelo, junto a una parte de mí.
Besotes
Yo cada vez que leo una de tus historias de chiquilla daria lo que fuear por haber podido conocer a esa Patricia, la de las rodillas ensangrentadas de caerse de los arboles, la de la imaginacion maravillosa ...
Si supiera que me iba a tocar una niña como tu me reencarnaba en la hermana Argentina de Mary Poppins ..
Besos supercalifragilisticos ..
Ps.- A mi me pasa lo que a Toro, que me parece que ustedes tres dejan escapar lo de la cita para ponernos los dientes largos
Se siente bien, se siente el pasto y se escucha el canto del ave de pecho rojo (acá se llaman Loicas)
Saludos sangrientos
Blood
Me pareció verlo todo desde una ventana...
Precioso, volveré para seguir deleitandome con tus relatos.
Felíz semana
Pato...:(
que hermosura de relato... te he visto ahi...saltando con esa cara de poeta niña, con esa ternura tuya que es única cuando de recuerdos se trata...
y he visto ese pajarito... con esos ojitos de preso inocente...
y ese corazón de plumas rojas... donde seguro se fué tu inicial ...
me ha encantado!!!
muchos besos...
de pajarito:)
¡Qué belleza de relato!
El caso es que intuía que un pájaro ha de ser libre y que tú lo sabías.
Y que acabarías soltándolo.
También sabía que te darías cuenta de que el peligro de aquella zona con razón prohibida no era otra cosa que la libertad que ofrecía su distancia.
Y que el lugar del petirrojo estaba precisamente allí.
Justo donde tu corazón se habría de quedar un poco con tu recuerdo.
Me han llegado muy dentro tus palabras. Gracias y besos.
Es para mí la suerte de haberte cruzado Pati, el placer de sentirme arrastrado por la corriente de tus historias una y otra vez, la borrachera de beber tus palabras, el sueño de recorrer de alguna forma tus veredas con esa niña que eres.
La locura de sentirme el pecho colorado que a cada poco vuelve a tu árbol para mirarte al trasluz de tus letras.
Así es.
Un beso.
Vine a dejarte besos y abrazos para la semana.
patin he ido a cadaques tu sabes.....
esta mañana de verano atormentado....
y pense en ti alli.
Aquel día descubrió un valioso regalo, el de saber diferenciar lo realmente importante.
Le dio la libertad que sabía merecía, le dió de nuevo las alas para volar donde quisiera, porque reconoció que en esa libertad radicaba verdaderamente su magia y su belleza :)
Es un relato precioso, Pato.
Un beso enorme
SOLES, luego me paso :)
Besos
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NOA, lograr eso en quien me lee esmaravilloso, me hace feliz saberlo, gracias :)
Besos
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KAMELAS, me maté de risa imaginándote encarnado en la hermana argenitna de Mary Poppins, vos y yo hubieramos sido amigos de aventuras sin duda, nos hubieramos muerto de risa y de miedo investigando casas abandonadas y terrenos baldíos, yo era muy traviesa (pobre mi madre lo que debe haber renegado conmigo!) y prefería jugar con niños que con niñas, eran mas audaces y mas creativos a la hora de planear un juego. Y efectivamente mis rodillas estaban asi, todas lastimadas, ajajja! ¿Cómo lo adivinaste? :)
Besitos y lo "otro" se nos escapó sin intención alguna, ¡¡¡muaaahaahahahaaa!!!! -risa malignaaa-
BLOOD, me encantó conocer el nombre chileno de mi pajarito preferido!
Besos
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SUPERMAMÁ, será un placer que regreses.
Besos.
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CIELO, feliz que que mi relato te haya hecho estar presente en uno de los recuerdos mas bonitos que conservo.
Besos de pajarito :)
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YBRIS, en ese sitio se quedó algo de mi que cada tanto regreso a buscar.
Besos.
Uyyy que nervios que se siente cuando te van a dar un regalo.
Por cierto felicidades que me parece recordar que tu cumple es dentro de poco o a sido ya o algo asi.
ZOOEY, vos sos un un pájaro poeta que cada vez que viene me dejas una florcita en cada comentario.
Besos.
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SOLES, aysss aun no he pasado por tu casa, he estado sin tiempo para leer, pero ya paso a llevarte mis cariños.
Besos.
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SIL, vos en Cadaqués y yo tan lejos, y un verano atormentado aquí o allá siempre será con pájaros mojados no?
Te extraño, besitos!
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ISTHAR, la libertad era su esencia, cómo iba a ser feliz yo con ese pajarito enjaulado?
Besotes.
PEZ, ja! qué memoria, no ha sido aun, pero ando cerca :)
Besitos y gracias!
ANASTASSIA, otro abrazo y muchas gracias!
Ese pequeño pechito colorado, enredarà su pelo todas las mañanas, en piquitos de besos la despertarà... revoloteando en el cuarto de un sueño, para salir volando libre, todos los dias hasta el fin...
Un abrazo de Luz.
Me has hecho volar y me has enternecido, como siempre.Mágica Pato, un beso que vuele hacia tí.