Es inmenso mi agradecimiento, pero no voy a seguir con la tarea de premiar a otros blogs por un lado la falta de tiempo-no puedo leer asiduamente tantos blogs- por otro lado lo vengo haciendo en el programa de radio de Perras Negras, donde cada sabado elegimos un blog o dos y lo recomendamos y posteamos una entrada dedicada a ese sitio. Creo que esa es otra forma de premiación a quienes sostienen con esfuerzo y creatividad este tipo de espacios.
¿Saben? (Acá viene la reflexión con luz roja) El otro día leí algo que me apenó y aprovecho para comentar esto con ustedes: amigos de tantos caminos...
"Debido a la cantidad de redes sociales que hay y a la falta de tiempo, los blogs irán desapareciendo", algo por el estilo lei. Y me di cuenta que algo de eso sucede. Espacios maravillosos, profundos, interesantes, donde uno se nutre y crece se van cerrando por falta de tiempo, por falta de estímulo, dejando ganar por otros espacios mas rápidos, donde se necesita menos esfuerzo y la dedicación es menor. Me refiero al faceboock. No conozco otra red social, aunque hay muchas mas. Esos espacios son frecuentados diariamente por muchísima gente, que tiene una necesidad de encuentro o reencuentro con el otro, diferentes inquietudes que van desde crear lazos hasta compartir intereses, pero no se parece en absoluto a un espacio como el que brinda un blog, éste es un espacio mas íntimo y personal. Por el tema de la radio abrí un espacio en face y no consigo hacer pie.
El blog es como un mar donde uno desconoce la profundidad. Sólo recorriéndolo a fondo, tomándose su tiempo y dedicándole esfuerzo se consigue conocer las posibilidades de uno mismo y las del otro. Por suerte he conocido verdaderos escritores en estos caminos de los que he aprendido y me he nutrido especialmente. Muchos de ellos son auténticos artistas contemporáneos, que de uno u otro modo se han dado a conocer soltando amarras y navegando libremente como barquitos de papeles escritos en el aire.
Yo que estoy batallando una dura contienda con mi tiempo me he planteado ultimamente otra vez dejar este espacio que amo, porque siento que no lo cuido como debería. Y cuando me refiero a esto del cuidado, no sólo hablo de lo que yo subo como post, sino de una parte importante que sostiene este espacio, el otro. No solo soy yo, sino "los otros y yo". A mi entender esa es la forma mas rica de sacarle el jugo a este espacio y eso se consigue visitando otros blogs, dedicando el tiempo necesario para leer a quienes sigo con el respeto que quisiera que se me lea a mi. Comentando cada post que leo, porque ese es un estímulo para quien lo ha escrito. No basta sólo con mi lectura y con mi disfrute, yo creo que es necesario decirle a esa persona que está en algún lugar que sus letras me hicieron bien, o me pusieron a pensar o me emocionaron o me hicieron un poco mas grande o me provocaron humor o ternura, porque quien se ha tomado el trabajo de dejar ese barquito en el fondo-fondisísisimo además de su propio empuje y valía, necesita del aire y de las olas de los otros para seguir manteniéndose en viaje.
Hago un mea culpa. He notado que cada vez leo menos blogs y no es porque lo que haya escrito en los diferentes blogs no me guste, simplemente es falta de tiempo. Yo no puedo leer todos los blogs que quisiera porque si lo hago no escribo y si no escribo deja de tener sentido mi espacio.
No sé si me estoy explicando bien, es como una rueda que está teniendo serios problemas para girar.
Luz roja se enciende.
Yo que era de escribir largo, me fui reduciendo a la mínima expresión (censurando mis propios textos) porque cada vez que subo un post pienso en el escaso tiempo que posee quien está del otro lado (ya sé que no está bien, pero honestamente es lo que hago) y eso condiciona mis ganas, entonces me lleno de escritos que no publico, especialmente cuentos, no es que haya dejado de escribirlos, he dejado de postearlos. Esperando otra oportunidad para esos cuentos, otro destino, no sé...Y de momento subo destellos o pasitos oscuros. Solitarias travesías que buscan unirse a otros a otros pasos cortos, como eslabones necesarios para seguir esta vida de letras.
Por ejemplo ahora este post se está haciendo largo (hay una luz roja en mi cerebro que titila) y pienso que mucha gente entrará, verá que hay demasiadas letritas sueltas y volverá a salir porque no tiene tiempo que perder en un escrito largo. No hablo de ustedes que lo están leyendo y que han llegado estoicamente hasta aquí, pero en el medio hay mucha gente que sigue de largo, bueno de eso hablaba ese artículo que lei y me entristeció, porque si por falta de tiempo estamos dejando morir un espacio de profundidad, reflexión y riqueza como son los blogs, si eso sucede estamos perdidos los que tenemos un blog literario y escribimos prosa.
No sé qué hacer, hubo unas horas o deshoras en las que pensé en cerrar mi blog, por todo lo expuesto mas arriba y por otras razones de índole personal. Luego una especie de rebelión interna me ganó y he preferido compartir esta especie de angustia que me invade por ver cómo se apagan y deterioran estos espacio de luz en pos de no sé qué carrera infernal, en la que como ser humano yo también participo. Y con infinito cansancio frente a tanto vértigo que me descascara la piel me quedo callada. Mi voz aúlla frente a un archivo de word que guardo en algún lugar perdido subiendo un mínimo retazo del grito para no ser densa, sin embargo hoy me he dejado escribir sin censura. Como si ambos, ustedes y yo tuviésemos todo el tiempo del mundo (les cuento -ya mas colorada- que todavía no he podido cerrar el programa de hoy en cuanto a la preparación del mismo y sin embargo llevo días trabajando en ello y hoy me levanté cuando era de noche para ver si podía con todo...)
He tenido suerte, pude agradecer a Beatriz y pensar en voz alta, como suele hacerse con los amigos, he sido honesta, aunque tal vez un poco brutal, parafraseando a Calamaro.
Y ahora les pido un favor, tal como me lo he pedido a mi misma. No bajemos los brazos, no dejemos de nadar en este mar revuelto por tanta urgencia desmedida, no dejemos de alimentarnos porque nos volveremos débiles, no nos atemos a las orillas por temor a naufragar, si somos peces de mar, no nos dejemos tentar por el río.