
Hace unos años atrás me estaba muriendo de nada. Había tocado mi horizonte, me bailaba como cuerda de tender ante los ojos una raya finita, con unos broches pútridos de los que colgaban retazos de días pasados. Una raya muy parecida a un barranco por el que caía cada vez que me asomaba a ver si había ocurrido algo. "Un día mas que no pasa nada, snif".Uno se puede morir así y seguir tan vivo