*Este relato ya lo publiqué hace un par de años atrás. Lo rescaté el otro día para leer en la radio y como le encontré varios detalles para arreglar, lo subo ahora podado, pero con la grieta intacta, 


Me ocurría a veces que todo se dejaba andar, se ablandaba y cedía terreno, aceptando sin resistencia que se pudiera ir así de una cosa a otra. Digo que me ocurría, aunque una estúpida esperanza quisiera creer que acaso ha de ocurrirme todavía."

El otro cielo (Julio Cortázar)


Investigo en tu mirada que es la mía. Y descubro que te sacude un fuego de tormenta mientras estás en silencio y ausente frente al espejo. La mirada se nos pierde en la pared que hay detrás nuestro.

Me pregunto qué incendios te devoran, qué ausencias no esperabas, qué signos son los que te lastimaron más, si los de interrogación o los que exclamaron con horror aquellos años de espanto.
No hay respuestas.

Te pregunto cosas y cosas mientras todos los porqués lapidarios, todos los encierros, todos los hallazgos, se desmoronan apoltronados en tus ojos clavados frente al espejo y detrás tuyo en los ladrillos, avizorando grietas, hurgando entre ellas algún paso, estoy yo.

¿A dónde querés irte, a qué otro lado...?

Yo no me atrevo a sacarte de ese estado, estás como dormida pero con los ojos abiertos, te veo flotar como hechizada. Incluso cuando te veo marchar entre los muebles que te separaban de la pared hasta hace un rato, te dejo ir nomás.

Solo puedo sentir este frío que me recorre los costados y estarme quieta.Contemplando como te vas de mis formas, para después poder contarlo, no importa lo que ocurra mientras tanto.

Vos extasiada, apoyando tu nariz, tu boca, tus dos manos y tu ojo de cíclope agigantado entre las grietas de la pared del cuarto.
Yo cerca de la puerta, sostenida por una silla y temblando, conteniendo mis latidos azorados en las paredes de mi piel, mientras soy testigo de cómo ya no estás.

No hubo resistencia entre tus manos, al contrario las pude ver escarbar desesperadas entre los pedazos de pared que quedaron descascarados.
Ya nada de vos hay en este cuarto, tan solo un envase parado sobre estos pies que me sostienen.
Sin embargo tendrías que estar aquí, si estábamos frente al espejo, pensando...

Entonces ordeno la ropa, la cama, los almohadones de más que están tirados por ahí, repaso los libros apilados...

Y cuelgo un cuadro de flores para tapar la grieta, ese atajo.

10 Comentarios

  1. Yo no tengo cuadros para tantas grietas.
    Necesitaría un museo entero.

    Besos.

  2. Anónimo says:

    Hola, Pato. Al leer tu texto me vinieron a la mente algunas cosas:

    1) Qué interesante es la experiencia de rescatar ciertos textos del olvido. Yo no suelo volver sobre mis escritos, pero cuando lo hago me reconozco como una de las tantas personas que me animé a ser y ello para mí, de por sí, tiene un valor importantísimo;

    2) Cada texto que está encabezado pro una cita de Cortázar me hace ingresar a él de manera especial. Creo que Julio tiene la habilidad de habitar un montón de mundos y hasta poder anticiparlos; particularmente, siento que es el autor argentino que más nos refleja, o que más nos seduce. El más humano, el que más emociones transita. No digo que sea mejor ni peor que otros. Sólo digo que para mí tiene algo de maravilloso y más cercanos que otros próceres del rubro no me han sabido dar (o que yo no he podido rescatar).

    3) Todos tenemos grietas. La vida en sí presenta un montón de ellas. La muerte, el olvido, la pérdida de un amor. Hasta la duda se percibe como grieta. El llanto tiene lugar a través de ella. Y bienvenidas sean ellas en tanto no nos convierta el mundo en seres humanos duros e insensibles.

    4) El primer párrafo de tu escrito me hizo acordar mucho al capítulo 7 de Rayuela.

    5) Qué bueno que PERSISTÍS por aquí.

    Un abrazo grande.

  3. Habría que ver cuantas grietas poseemos y despues comprar los cuadros. Muy buen relato. Te mando un beso grande y buen fin de semana.

  4. Blanca says:

    Hola Pato, pues no, no vengo seguido, pero...ah otra cosa, este comentario no pertenece acá, pertenece a un escrito anterior tuyo donde hablas de no seguir con tu blog, y otra cosa que no entendí, acerca de 'comentarios' parecería que no puedes entrar a dejar comentarios en otros, no se. Lo que me hace escribirte, es por eso de dejar, yo en ocasiones me desaparezco por días, claro, a veces porque me da pena que no me comenten, otras por andar ocupada, y también porque estoy de "vacaciones de escribir" porque nuevos asuntos me llaman mas, pero, no , no dejaría mi blog.
    A veces me dan ganas de solo reciclar tantos viejos artículos que he reunido ya. Espero se te haya pasado esa idea de cerrarnos la puerta, ¿si?
    Adelante, porque seguimos pasando a visitarte. Un beso.

  5. Genín says:

    Al fina...¿Será que la vida se sompone de grietas?
    Nunca lo había pensado, si fuera así me pasaría como a Toro...
    Besitos y salud

  6. ¿Se pueden tapar este tipo de grietas con un cuadro?
    A veces los espejos, para unas cosas tan mentirosos, para otras, multiplican no solamente grietas, y son terriblemente e hirientemente sinceros.
    Pero está bueno contarlo.
    Buen fin de semana.
    Gracias por tus paseos por mi blog y por tus comentarios.
    Un beso.

  7. El Ogro says:

    si giras la cabeza hacia la derecha...se puede distinguir una cara llena de dolor y pena...

    Arriba a la derecha un ojo..casi con una lágrima sostenida... y la brecha la boca...si..

    Un saludo y disculpe la intromisión.

  8. Cronos51 says:

    Quizas ahora en ves de disimular la grieta puedas repararla definitivamente al verla despues de tanto tiempo.
    Un abrazo y mi cariño y afecto

  9. libertad says:

    Ooohhhh! Gracias por rescatar esta grieta! Gracias. Es tan real, es tan gráfico...es tan Cortázar...Besos!

  10. Me fascina cuando se rescatan relatos pasados, más cuando son tan buenos... esa grieta... voy a ver si encuentro un cuadro lo suficientemente grande para taparla, temporalmente....

    Millones de besos patobella.

Gracias por tus palabras