5 de abril de 2025
Hace 3 horas.
Me hubiera gustado, pero últimamente no he visto mas que praderas con hombres agobiados bajo el sol, cortando el césped y cubiertos de sudor.
No he visto praderas con arco iris.
Ni ponientes de sol.
No he visto esas praderas donde brota lo que debe decirse.
Sólo un jardín con unos enanos rotos, de colores horribles y unos gatos de yeso que dan pena.
Y el banco sin ella. Que ya no se sienta allí. Todo de madera, envejecido por la acción del tiempo y por esa soledad, la misma de siempre, esa que ni se dice, nada mas se descascara y ya no espera.
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik
Que banco más triste sin ella.
Que realidad más dura.
Los enanos rotos y los gatos moldeados deprisa y corriendo.
Mejor no mirar.
Besos.
Salta, salta, salta
salta sin parar
no dejes que el frío
te llegue a enfriar *
Que decirte tiempos sin visitarte y me quedo con este silencio de tus versos.. imagen que dice mucho..
Un abrazo
Saludos fraternos de siempre..
"La ola de la alegría se rompió contra la roca de un tedio infinito"
Novalis.
Patito cuanta soledad entre tus palabras....
Besos con cariño
Hay praderas con arcoiris.
Ahora las tapa la niebla,
pero pronto se afianzará la primavera y podrás verlas.
Y el banco...¡ píntalo de otro color! Así no te recordará a quien
estuvo en él y la nostalgia se hará
nueva ilusión.
Saludos
ains
que nostalgia me diste.
saludos
lindo blog.
Maldita soledad que se adueña del tiempo sin pedir permiso
soledad y triste ausencia,
me gustó mucho.
Besos dorados,
Vulcano.
Los bancos conocen su destino. Ellos ya saben que sus visitas serán pasajeras, aunque algunas recurran a ellos muchas veces para restregarle por sus listones, lo bello de los sueños y los arrumacos de los enamorados. Ellos saben su destino, y con infinito amor, allí están, dispuestos a contener la soledad, la tristeza, la alegria y el amor.
Son como la vida misma hecha madera.
Un abrazo Pato, me encantó!!!!
A veces uno mira y ve sólo lo que no quiere.
Y ve lo que no quiere.
Tu sabes ver y hacer ver lo que dices.
Besos.
Me gustó ese final “…esa que ni se dice, nada más se descascara y ya no se espera.” Eso explica muy bien lo que es una ausencia, algo ya parte de uno, sin ilusiones que lo cambien. Algo que es así.
Te dejo un beso
La vida como la grama, va borrando la roca que fecunda, para no perderse de vista, dejando un entrevero ajardínado a la vera del camino, que nos mantiene a flote.