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Paul Davis |
Un desierto de perchas vacías silba en el umbral de mi boca
no es una canción
son los pájaros desorientados que sobrevuelan
los desagües de mi mente
de par en par
sobre la cama
hay ropa que espera entre los libros
alojados
en una ventana de hotel se abren los armarios
de mis ojos
y allí
baldío de cajones
huecos
siempre allí
en el arenal de sombras te hago entrar
anhelo mío: estás seco
fugado del viento
exhalan
esos pulmones del bosque.
Desnudos y sin fuelles
estamos a salvo, revolviendo nubes
rompiendo el cielo
porque los pájaros regresan
húmedos
congelando el vuelo
abierta mi boca túnel
gozo
he vuelto a soñar con los pájaros mojados.
Y los versos colocados en un vaivén
puestos a volar
son
mi consuelo
Yo que nunca supe hacer canciones
planeo sobre esta mesa de
hotel
cerrada la tarde.
Seco mis alas
escurro
mi deseo.
Es una suerte que puedas secar las halas y escurrir tu deseo...
Besos y salud
En mas de una ocasión descubrí que el comentario mas adecuado ante un poema que nos conmueve es el silencio...a pesar de eso me atrevo a decirte que me estremecí leyéndolo ....
Un abrazo
Tu poema es conmovedor y bellísimo.Abrazo,jacarandá***
Qué Poemazo!!!
Estás en plena forma eh!!!
Bravoooooooooooooooooo!!!
Besos.
Si usted vuelve a soñar el mundo tiene un poco más de luz, sin dudas. Un abrazo.
Qué deleite leerte, Pato, cuántas imágenes impresionantes y cuánto sentimiento.
Como dice Luis, mejor quedo en silencio y vuelvo a leerlo.
Besos.
Un gran poema que necesita para su lectura, la quietud de la tarde y la observación de las aves...
Un abrazo.