Tengo la sensación de haberme comido una vaca cruda. Eso vendría a ser indigestión, pero en mi caso no es estomacal. Los excesos fueron mentales y afectivos. Para simplificar he vivido atrapada en una montaña rusa de acontecimientos patéticos, divertidos, bizarros, geniales, horribles, inesperados, sorprendentes, terroríficos, encantadores. Unos dignos de ver vividos plenamente y otros dignos de huir a campo traviesa y que nadie me encuentre nunca jamás.

Quien ha subido a una montaña rusa y ha disfrutado de ello, es una persona a la que le gusta el vértigo y lo pasa fenomenal sintiendo que el corazón le sale por las orejas o que lo tiene en los talones. Eso para ellos es un juego de niños. Sepan que existe gente a la cual eso le parece una locura endemoniadamente tétrica. O sea para quien como yo, sufre de un irremediable temor a las alturas y tranquilamente podría ser el personaje de la película de Hitchock que lo haría a la perfección y sumamente creíble, estar atrapada en una montaña rusa sin fin, es una pesadilla. Pero no piensen en una montañita rusita de esas primeras que eran la delicia de ingenuos jovencitos con frenéticos deseos de vivir aventuras de riesgo en el 1800 y pico, no. Esas eran “medianamente” soportables. Lo digo yo que subí a una en el Ital Park en el año 70 y tanto, y casi muero, pero sobreviví. Yo me refiero a una montaña rusa de las modernas, con perfectos diseños de ingeniería del horror y estructuras especiales para que te mueras de un ataque de pánico o paro cardíaco en medio de la experiencia y si tenés la suerte de salir con vida, te lo pases el resto de tus días, contándoselo a tus pobres amigos y te sientas un héroe for ever.

Bien, para quien no es feliz cayéndose de un décimo piso en picada y cuando estás a punto de estallar contra la tierra, una fuerza inexplicable te remonte hacia las nubes en un bucle y en medio de brincos y remolinos y frenadas y con el corazón, los riñones y el hígado de moño te sacude cual coctelera eléctrica para que los ojos se te salgan de órbita, tus pulmones se conviertan en una bolsa de gatos y tus manos crispadas derritan el coso del cual estás aferrada con desesperación, quedar atrapada en una montaña rusa, con un circuito que parece no tener fin, no es divertido.

Eso me pasó. 
Esta montaña rusa de la que les hablo, no tenía rieles, ni carros, ni ruedas, ni frenos de mano, ni electricidad ni nada de nada. Aparentemente yo caminaba, entraba, salía, conversaba, vivía cosas, me encontraba, reía, cocinaba, lloraba, comía, saludaba gente, salía airosa de situaciones en las que debería salir prendida fuego, o lo que es peor salía prendida fuego de situaciones donde debería haber salido airosa, todo eso de pie, con cara de póker, sin ir a 200 Km/h, ni con los pelos al viento o los ojos desencajados, o gritando a mandíbula batiente. Nada de eso. Mi vida ha transcurrido normal por fuera, pero por dentro, he vivido siendo autopropulsada desde el suelo y por propia voluntad (eso es lo mas loco) y en otras ocasiones obligada por las circunstancias (tan loco como lo primero) girando por los aires cabeza abajo, yendo en dirección contraria a la que se espera, sin ningún tipo de arnés ni nada y he colapsado.

Así de simple: caput. 
Ni siquiera puedo escribir bien todo lo que he vivido, entre otras cosas porque lo sigo viviendo y es muy complicado escribir a esa velocidad y con el estómago pegado en la nuca.
Ya ven ésta ha sido un intento de entrada catártica y olvidable, pero bueno, es lo que hay, ya vendrán tiempos mejores. 
Eso espero.

11 Comentarios

  1. Oye, que yo estoy aquí abajo, en el suelo, siguiéndote corriendo por todo el trayecto de la montaña rusa con mis brazos abiertos por si te caes.

    Me gusta mirarte mientras viajas a esa velocidad. Te ves tan bonita...

    Es que eres linda hasta con el estómago pegado en la nuca. Lo que ocurre es que no te ves ni te lo crees.

    Eres un cielo.

    Besos.

  2. Bueno, yo estoy abajo con Toro,por si necesitas unos brazos que te sostengan, pero he de confesar que me has inquietado un pelín.
    Mis días estos días se parecen mas al tunel del terror, tren de la bruja o como se llame, con la diferencia de que cuando los del parque de atracciones acaban una se levanta y sale a la luz, a por un helado o un café y unas risas recordando los falsos horrores, y en mi tren particular se atisba un pequeño precipicio al final...
    aún así digo, como tú, y espero que sea un augurio para ambas: ya vendrán tiempos mejores.Besos dobles***

  3. Adriana says:

    concuerdo con toro :)

  4. Genín says:

    Otro mas del club de Toro...jajaja
    Besitos y salud

  5. Sé de lo que hablas, es que hay días que...

    Y si sólo fueran días... pero es que hay semanas que...

    Y si sólo fueran semanas...

    Y así andamos, con el estómago en la nuca y la nuca en los pies, en fin :)

    Un abrazo

  6. Vendrán tiempos mejores, claro que sí, todo es un sube y baja, algo de lo que yo hablo en mi post de hoy. Llegué a ti por un hilo que tenía el nombre de Quique González y dice en una de sus canciones que "nadie podrá con nosotros" y claro que no...
    Hace tres años y dos meses pasaba, quizás, el peor momento de mi vida, todo se derrumbó. LLegué al fondo del océano y sólo quedaba subir. En dos meses comenzaría uno de los mejores años de mi vida, el 2009... por eso, nunca, nunca, nunca, nunca,nunca pierdas la fé en que todo puede cambiar.

    Muuuuaaaaa linda!!

  7. Genial la descripción!! Yo de eso sé un rato, ya sabes. En mi caso, revivo hasta el hastío una escena de "Arma Letal", cuando Mel Gibson sale corriendo persiguiendo a un coche. Normalmente las persecuciones son entre coches, no un tipo persiguiendo un coche. En mi caso son los coches los que me persiguen a mí, y no paro de correr, y les reto, pero acabo cansadísimo, y ellos no, ellos siempre están preparados para irme a la zaga. Malditos!

  8. Reina says:

    Será la época del año... que ya estamos cansados... que no damos más y una simple curvita, esa que damos todos los días, ya nos parece un looping diabólico...
    Y encima nos piden que planeemos al año que viene... cómo si supiéramos qué vamos a hacer o dónde vamos a estar el año que viene...
    Te entiendo...
    Y las fiestas... y las despedidas... y la familia... y qué hacemos... y que comemos... y dónde nos reunimos... y los amigos... tenemos que vernos antes de fin de año... como si se terminara el mundo... y las evaluaciones... y los balances... y los exámenes... y en enero no hay nadie... todo cierra, todos se van... hay que hacerlo ahora... se acaba el mundo...
    Y las vacaciones... planear las vacaciones.......
    Y tengo el arbolito a medio hacer.... con lo que me gustaba hacerlo... ahora se ha convertido en un trabajo más... :(
    Bastaaaaaa....!!!!!!!!!
    No puedo más.... sólo quiero dormir..........
    Una vez subí a una de esas montañas rusas, la primera con looping que hubo en el Ital Park y casi muero del susto cuando quedé cabeza abajo... y fueron sólo unos segundos... así me siento, cabeza abajo.... no doy más...
    Te entiendo...
    Un abrazo... eso es lo que necesitamos... un gran abrazo contenedor.... :)

  9. Elizabeth says:

    Escribes desde el alma para reflejar las nuestras. Tu argentina cima escala declives del cielo hasta alcanzarnos. TQM!!!!

  10. Hay!!! patito siento esa sensacion de la que hablas, hay días en los que quiero saltar y dejar de sentir ese vertigo...Te dejo abrazos

  11. nada mejor que escribir sobre lo que uno no soporta...asi lo hace mas llevadero..y no se le ajusta del todo la soga al cuello.
    beso desde la otra orilla

Gracias por tus palabras