Perdí la cuenta del tiempo que llevo deambulando por estas intrincadas calles.


No hay salida.

Sólo más y más recovecos por donde voy apareciendo en mis diferentes versiones, porque lejos de disiparme entre los muros y desaparecer en las sendas borrosas, mas me encuentro.

15 Comentarios

  1. Malena says:

    Yo solté hace rato el hilo de Ariadna y ya no recuerdo el camino de regreso.
    A veces extraño, para serte sincera.

  2. aapayés says:

    Suele costar dar ese paso..

    Un abrazo
    Saludos fraternos

    Que disfrutes el fin de semana..

  3. Voy a buscarte.
    Te rescataré.

    Besos.

  4. Genín says:

    ¡Que bien que te encuentres!
    ¿No?
    Besitos y salud

  5. Cuanto más se vagabundea y se deambula más se divaga y se reflexiona. Besos!!

  6. illeR says:

    Es lo bueno de perderse, sirve para encontrarse...

  7. Ardaire says:

    Puede que sea cierto que las paredes se abren y que lo difícil sea atravesarlas.

    Ahí andamos todos mas o menos, no?

  8. El placer de perderse dura muy poco porque de pronto se transforma en una pesadilla.
    Encontrarse es positivo, especialmente si tienes un espejo en el cual mirarte.

    Abrazos desde Copenhague nuevamente nevada,

    Ian.

  9. Los laberintos están llenos de esquinas, por lo menos éstos que vos has dibujado. Y ya sabemos lo crueles que son las esquinas, pero todo laberinto tiene un centro.
    Será tal vez, que deberíamos verlo como un espiral? ... las curvas son más suaves, compasivas.
    Yo creo que lo has convertido en un bello espiral, ascendente o descendente hacia tu propio centro indestructible.

    Un gran besote nena!!!!

  10. Verbo... says:

    De momento, cuando ví la imagen (del laberinto), pensé en Rayuela, en el cielo, en dar brinquitos...hasta llegar...

    pero no, no es Rayuela, es un camino largo y extendido, ¿hacia dónde llevará?

    Creo que te conoces muy bien, y te posees.

    Un beso.

  11. Verbo... says:

    Me encantó el comentario de Toro, es un gran amigo, que siempre va de la mano.

    Mano hábil, que rescata.

    :))

  12. paolav says:

    Yo me pierdo cada vez que escucho esa voz que me habla y me deprime y me dice que todo lo hago mal...pero me encuentro cuando una nueva voz, mas tierna y paciente me dice ¡Aló!

  13. Cronos51 says:

    Siempre hay una luz dentro del corazón que si la sabemos ver nos ayuda a salir de ese laberinto que parce ahogarnos y asfixiarnos.
    Espero que pronto brille ante tus ojos.
    Mis mejores deseos y mi afecto

  14. Ese laberinto me suena familiar. Dejé unas señales en sus paredes para que tú pudieras salir. Sólo tienes que ponerte las gafas del optimismo y avanzar convencida de que vas a encontrar la salida.
    Un abrazo enorme, Pato.

  15. rh says:

    No hay salida... ¿alguien demostró que la había? Yo creo que no estamos hechos para disiparnos entre los muros y desaparecer en sendas borrosas. Lo que pasa es que tenemos la capacidad de soñar.
    Con el mensaje de tus palabras de fondo, pienso que sólo se puede hablar de un laberinto cuando hay un espacio diáfano afuera. Tal vez no hay ese espacio diáfano, no hay afuera, no se trata de un laberinto. Uno puede hacer dos cosas: encontrarse o engañarse.
    Yo prefiero lo primero, aunque duela.
    Magnífico texto.
    Besos

Gracias por tus palabras