Me gustaría que fuera una rosa de los vientos. Porque me parecen pintorescas. Tienen una forma en la que suelo perderme dándole vueltas y vueltas. A cambio de una bella rosa de los vientos, a cambio de una laberíntica rosa de los vientos, me han puesto un gallo.
Un gallo grande, flaco, panzón y negro.
Una veleta de hierro forjado con perfecta forma de gallo.
Ha brotado en mi horizonte un gallo con esas características desde hace unos días. Ha surgido como una flor silvestre entre los techos te tejas que oteo desde mi ventana mientras tomo unos mates cada mañana. Quien lo ha colocado allí ha pensado sólo en si mismo, si hubiera pensado en mi desde luego hubiera colocado una rosa de los vientos, pero no, pensó en si mismo y puso ese gallo aparatoso.
Un gallo de grandes dimensiones, de modo que cuando miro los techos vecinos que tanto me gustan, y los tapiales rebosantes de enredaderas endemoniadas porque se aproxima la primavera y miro los pájaros que abundan en los fondos de mi barrio y los árboles que los contienen, veo el gallo.
No quiero verlo, pero está allí.
Moviéndose según lo lleve el viento y está permanentemente ante cada uno de mis ojos, porque he intentado taparme un ojo para ver si se disminuye la visión y sólo veo mas nublado en el ojo que tengo problemas, pero el gallo, nublado y todo sigue allí en su puesto.
Debo reconocer que antes de que apareciera el gallo, yo era un poco mas práctica si quería saber de dónde venía el viento, miraba los árboles o alguna bolsita volar y también me chupaba el dedo y lo sacaba al exterior y…
Esa era mi única ciencia.
Sé que está el servicio de información sobre el clima encendiendo la tele, pero prefiero lo del dedo, es más simple y sólo averiguo lo que quiero. La tele siempre informa de más y después termino quedándome adentro.
Desde que está el gallo ya no me chupo el dedo, debo reconocerle algo bueno, porque era medio asquerosa mi técnica milenaria.
Cuestión que desde hace un par de semanas me acompaña los ojos el gallo, cada mañana sé de donde viene el viento, sé si hay ventiscas o si la mañana es apacible.
Desde acá lo veo, ahora mientras escribo.
Es enorme, lo imagino algo pesado. Tiene una cresta abundante, que brilla color bermellón los días luminosos, y marrón los días grises.
Hoy está quieto, o no hay viento o está cansado o se acalambró o se está dejando ver porque se sabe observado. Hoy su cresta brilla entre bermellón y naranja oxidado.
Hoy estaba tan extraña por dentro, buscando algún milagro en los techos perdidos y húmedos aún por la lluvia de anoche, que no me puse a buscar enredaderas escapando de mi visión, hoy me quedé colgada del gallo.
Hoy por primera vez me gustó.
Un gallo de hierro, mi rosa de los vientos.

27 Comentarios

  1. Colorada Perenne says:

    A mí también me gustaría.

    (Y también te extraño)

    TQM siempre.

  2. ¡¡¡Ya sé quien sos!!!

    Jajjajajjaja, me estaba rompiendo el marulo :S

    Yo también te quiero mucho :)

  3. Me hizo recordar a la escena de domesticación del zorro y el principito, es una alegría enorme que termine gustándote el gallo, no sabría como explicarlo, "tu rosa de los vientos".
    Esa concordancia con el entorno cotidiano contra el que tanto despotricamos, a veces...
    Me encantó Pato!!!

  4. aapayés says:

    Lo cotidiano que nos acaricia y acompaña, bello tu escrito..

    Me quedo con los techos perdidos y húmedos.. esperando el milagro de la vida..


    Un abrazo
    Saludos fraternos

  5. No será propiedad de Claudio?

    :P

    Besos.

  6. los gallos, como las rosas, también saben enfrentar el viento... pero nada como las técnicas milenarias para palpar su presencia... :)


    un beso

  7. Anónimo says:

    Microchip-666.

  8. Hola niña, este finde seguramente vaya a madrid en uno de mis findes bohemios, y seria un placer conocer a Ybris, a vos y a algun otro blogger ;)

    teneis mi correo en mi perfil xsi kereis contactar conmigo.

    Un bezzzzzz

  9. ybris says:

    Mucho mejor una rosa que un gallo sin duda alguna.
    Y es que lo de menos es el lugar del que el viento sopla o hacia donde sopla sino el modo de averiguarlo.
    Lo de chuparse el dedo aparentaba una cierta sabiduría, ya que no dominio sobre los elementos, pero yo siempre prefería mirar a las nubes y ver hacia donde iban.
    Quizás en todo ese proceso lo importante es mirar y guardar lo mirado en nuestro propio cuerpo hecho recuerdo -o hecho viento- para alimento vaporoso en nuestras tardes lacias.
    Es para mí un honor verme citado a la derecha de tu profunda mirada a esa primavera lluviosa que ahora os llega.

    Besos siempre agradecidos a tus letras.

  10. libertad says:

    Es una delicia esta historia. A partir de ahora me fijaré más en esos gallos, porque son esos detalles los que componen nuestra vida.
    Un beso!

  11. PIZARR says:

    Mientras leía la historia de tu gallo y tus deseos de rosa de los vientos, me anticipaba a imaginar que acabarías queriendo al lin do gallo.

    Pero poco he tenido que anticipar porque sin acabar de escribir ya te habías rendido a los encantos- que seguro los tendrá- del gallo.

    Aprovecho que acaba de escribir Ybris, por si vuelve por aqui, para decirle que en mi vuelta le visité y ya no pude decirle nada. Se lo digo aquí... que fue un placer conocerle y compartir sus letras. Espero que vuelva...

    Tú esperando esa primavera que florezca tu entorno y yo gozabdo de mi otoño espléndido como nunca.

    Un fuerte abrazo Pato

  12. el gallo tiene la ventaja de poder jugar con el viento, siempre...
    Un abrazo inmenso

  13. A mí me gustó desde el comienzo de tu post :)))Sabía que terminaría por gustarte también.Mil besos,jacarandá***
    Ybris,no tengo otro modo de decirte que me alegró ver que no te has ido del todo de este mundo bloguero,para tí un abrazo muy fuerte esperando leer algun día nuevos post en tu blog.

  14. Anónimo says:

    Ay, los gallos. Yo que siempre creí que cantaban a medianoche...

    Un beso.

  15. Caminante says:

    Pasé para decirte que hoy...

    * octubre 07, 2009. Los hacedores... (+ Pato)

    (Publicado por Pato el viernes, agosto 07, 2009 en su página especiesquedesaparecen.blogspot.com

    ... te republiqué este texto que copié en su día ¿te lo dije?
    Me encanta como narras vivencias sencillas, describes lo que tantos vemos y pocos apreciamos... ¿quizá no tan pocos?
    Como acabo de ver a Ybris aprovecho para desearle lo mejor, en tu página o en la de otros. Un fuerte abrazo con dos besos incluídos. Me gustaría conocerte en algún momento, cuando tú quieras, donde quieras... estoy pre-jubilada, o sea "jubilosa".
    Y para ti -Pato- y para el resto un abrazo también y buen día. PAQUITA

  16. manu says:

    a veces ocurre que aquello que no nos gusta, o eso que nos saca de nuestra metódica existencia...sucede que...luego, después, en algún momento, capaz nunca, pero a veces si, ocurre, sucede, que eso, aquello, nos termina siendo necesario, una cuota de identidad, algo diferente que nos atrapa, casi extraordinario, diferente a lo ordinario constante. a veces.

  17. mangeles says:

    Pos noooo...listilla...que es eso ¿de una rosa de los vientos?...las veletas siempre son Gallos, Flechas...Barcos...

    ¡¡Es que no te aclaras ehhhh¡¡¡

    Besossss de fin de semana de hispanidad.

  18. ¡¡¡¡¡¡¡Nunca vi un barco veleta!!!!

    Y mirá que he visto veletas eh!!!!

    (Mangeles tengo que volver al colegio a hacer la primaria :(

    Besos

  19. Me gustó tu escrito, muchas veces hay cosas que no nos gustan y nos terminan por atraer, porque son lo cotidiano y no prestamos el valor necesario.

    Mis saludos desde Ángel Poético.

  20. siempre relatos tan lindos vos

  21. Lau says:

    Pato siempre me transportas a tu lado con estos relatos que los hago tan mios, y te imaginé chupandote el dedo para saber el clima!!

    Jeje ...


    besos pato querida!

  22. virgi says:

    Siento que le vas a coger mucho cariño al gallo, siempre fiel, siempre tranquilo, siempre en su puesto.
    Un abrazo, me ha gustado mucho

  23. Siempre un placer pasar a visitarte!! Gracias por compartir!!

    Recibe un cálido y relajante abrazo de luz!
    Beatriz

  24. paolav says:

    Uno termina a costumbrándose, pues hay cosas que nos acompañan y les tomamos cariño...en todo caso prefiero caso al noticiario meteorológico, tanta predicción me incomoda, parece que la vida está armada, está destinada ¡que lata!

    Un abrazo Patito, me transporté a tu ventana

  25. Me gusta la empatía con tu gallito de hierro. Así debería ser con la gente que no conocemos :-)

    Muchos besitos, Patito querida.

  26. Mai Puvin says:

    Viste qué cosas!... hasta al gallo nos terminamos acostumbrando.

    Se te extraña por acá y en mi blog, Pato.

    Deseo que estés bien.

    Besotes!

  27. PIZARR says:

    Espero que siga todo bien y que ese gallo de hierro convertido en tu rosa de los vientos forme ya parte de tu paisaje diario y te guie hacia esta tu casita para traernos esas letras que tanto nos gustan.

    Un abrazo Pato

Gracias por tus palabras