Mi manera de flotar en el tiempo parece haberse detenido en una estación de uvas amargas.
Gracias al cielo tengo libros que me sacan de la locura de los días, me pescan como si yo fuera una mojarrita y me llevan a la pecera circular, esa que hace que a veces ni tenga ganas de tocar el vidrio con la nariz, como los pececitos de Rayuela. Se está tan bien allí, en ese fondo de letras tibiecitas, acompañada por el murmullo de hormigas de agua, que laten aún después de haberse secado mil meses en el estante de una biblioteca, que cuando pienso en salir, en asomar la nariz para decir hola mundo, un coletazo en los morros me manda de nuevo al fondo del mar. Pequeñito mar, redondito, aciago, cercano, mío, pero ahora que leo eso de las maneras de flotar que tiene cada uno, y que veo que la mía es bastante dispersa y que a veces mas que flotar avanzo aguas abajo. Miro mas allá de mi pecera y el jardín es una fiesta de sol y primavera y jazmines entusiasmados por regalar su esencia, si lo vieras!! Me pregunto por qué seré tan gila. Así, sin eufemismos. Y un dedo invisible, viene y me toca el hombro y me dice al oído que un palo de agua que tengo enfermucho, me reclama. Y yo que lo vi crecer hasta el techo, ahora que se está secando, día tras día lo voy dejando ahí, tan desplumado, cuando ha sido tan vigoroso y todo por esta forma tan boba de flotar que tengo. Entonces no me gusto en la pecera y me levanto a duras penas, como si pesara toneladas y en vez de mojarrita fuera una horca, me sacudo las algas de pensamientos y palabras, me saco las patas de rana y me voy a rescatar a ese flacuchín. Con seguridad me quiere enseñar algo.

10 Comentarios

  1. Ejem, ejem.... yo también me estoy secando... vienes a rescatarme?

    Si?

    :)

    Besos.

  2. Genín says:

    Seguro que te encanta la antigua sopa de letras :)
    Besos y salud

  3. Son estaciones, después pasan... nos dejamos flotar y nos ocupamos de las pequeñas cosas que nos reclaman, flotamos otro poco entre lecturas y apuntes, vemos que la vida sigue y -cada cual a su tiempo- volvemos a nadar.
    Y no sos ninguna gila.
    Pato, muchos besos.

  4. Me encantaría conocer ese jardín :) O tener un palo de agua que me reclame y me reflote. Besos***

  5. Darío says:

    Hay días en que yo también quisiera quedarme en mi pecera... Un abrazo.

  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.
  7. Estamos en la misma, Patri. Una y otra y otra y otra vez... aunque nos cueste, aunque duela, aunque no entendamos, aunque no podamos o querramos ver... siempre hay algo que nos estuvo necesitando y, quién te dice, por ahí nos pueden dar una guía, un consejo, un "algo" que no esperábamos encontrar, esa mínima luz de una vela en una tormenta. Un beso y un abrazo, lo que se necesita para ser fuertes ;)

    Justo acabo de hacer un post acerca de este tema y me pareció oportuno adjuntarlo al comentario. Pido disculpas a aquellos que se suscriben a las notificaciones.

    http://compartiendo-sensaciones.blogspot.com.ar/2013/12/empecinado-con-su-sueno-cuestas.html

  8. carmeloti says:

    Mi pecera está llena de fango, no puedo nadar, ni tan siquiera veo los cristales, me sumerjo en el lodo sin saber como salir de él...

  9. Hoy dia de lluvia, tu texto como el texto de Julio sobre las gotas suicidas acompaña el tedio de no poder salir.
    Besos.

  10. Que belleza de texto, Patito. Llego tarde, ya sé. No me lo digas. Pero aunque sea un texto del año pasado, qué poderío enorme tiene la primera frase y después todo: maneras de flotar.

    Claro que todos los sumamente hundidos encontramos maneras de flortar.
    ¿Hay algo más verídico que el cielo, cuando a pesar del mundo flotamos boca arriba?

    Shanâ tovâ.

Gracias por tus palabras