
Carol Inez Charney Afuera el día tirita junto a los árboles desnudos el cielo ensopa los techos y acá de este otro lado tu nombre comenzó a llorar
Atrás del gran vidrio que deja ver cómo el otoño se desmorona lento y añil, está sentado él. No sé su nombre, puede llamarse Augusto o tal vez Pedro. Tiene ese tipo de caras que acompañan un nombre simple. Tampoco importa cómo se llama. Es alto, delgado, su pelo es todo blanco y abundante bajo una gorra marrón a cuadritos. Sereno contempla los pájaros, las hojas caídas bajo sus pies. La tarde
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik