
Hay un movimiento oculto en el aire Una sombra inquieta se pasea por la costa de mi desvelo este lapso de tiempo no me atrae busco pista -ahora llueve- Olvidé sacarle nombre al brillo voy gastando mi cielo de diamant
Zoila Manca Del Espanto no pudo mas. Lleva una laaaarga temporada en el infierno de su brazo derecho. ¿¿¿Y saben qué bonita idea tuvo??? A punto de serruchárselo tuvo una ¡¡¡Ohh brillante idea!!! Y pensó -.¿Y si voy al médico? -se le ocurren cosas así de geniales cuando piensa. Y fue al médico. Y el médico le dijo, qué la trae por aquí. Los médicos siempre preguntan eso. Y Zoila Manca empezó
¿Qué te quedaste pensando? Eso me pregunto desde el aire raro que respiramos estos días. Yo no sé si ves tu reflejo en el vidrio, pero si te quedás mirando un rato algo de vos se deja ver, un centro blando por donde es fácil entrar y tocar tu alma. Algo así como intentar alguna canción vieja frente a un piano. Estiro el índice y voy buscando una huella conocida, una resonancia íntima,
Como quien escarba un vidrio resbalo como quien cae llovizna vertical escribo en papel mojado ya sé no hay red abajo. Busco la palabra a tropiezos mancos me choco contra paredones de musgo y barro no sé salir de la hazaña de un renglón me asilo en la terraza árida de mis zapatos y de ahí al cordón de una vereda o al cielo pulido de clonazepán o manto
El viento agita en un vaivén de arcoiris los globos del último cumpleaños. Prendidos a la verja, siguen allí. Se decoloran perdiendo el aire que salió de mis manos. Ese vuelo lento que salió de mis manos, un aeroplano torpe fui por no ser canto. Y ahora en vano revoloteo por mirarte un rato, por no saber partir de lo que veo. Y me abro en ramas y me extiendo en ansias rascando el cielo
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Alejandra Pizarnik