"Peor que el olvido fue
frenar las ganas de verte otra vez.
Peor que el olvido
fue volverte a ver."

De haberlo sabido (Quique Gonzalez)


Desde mi ventana, a pocos metros de aqui se ve una puerta entreabierta, una puerta de esas antiguas de madera toda trabajada que casi es una invitación, sin embargo, me quedo en mi sitio. Cada tanto miro de reojo, para ver si se abre mas y puedo ver qué hay adentro, pero la muy turra se abre y se cierra segun la brisa del río lo disponga y juega con mi ansiedad hasta ponerme los pelos de punta.

Si yo voy hasta ella y espío, quien me vea puede sospechar de mi o suponer que mi actitud de merodeadora tiene que ver con algun robo y no quiero, entonces pienso en buscar motivos para pasar por allí sin que se note que mi viaje es exprofeso. Es asi que me he pasado la mañana caminando mentalmente por la vereda que da al sur, con mi mejor cara de nada y pensando que al pasar por la puerta justo me acomodaba la ropa o me tropezaba torpemente o se me caía algo y me agachaba a levantarlo.

Absorta en mis pensamientos estaba, cuando sin mediar ningun movimiento me encontré parada frente a esa puerta levantando una de las tantas cosas que de tanto querer que se me caigan, se me caían en serio, la puerta se abrió del todo y quedé embelesada con lo que vi adentro.
Fue mi perdición, maldije la hora de haberme encaprichado con pasar y pasar para ver, ahora era fatal para mi.
Desde afuera se veia un cuarto despojado de cosas inútiles, una mesa rustica, unas sillas, pocas y una gran ventana que daba al río, por donde entraba el aire del otoño que se estaba anunciando a toda marcha.
La ventana estaba abierta por completo y tenia una cortina liviana de gasa blanca, que se inflaba y se desinflaba ritmicamente.
La luz era tal que me quedé mirando extasiada, sin que me importen las miradas ajenas, ni las miradas que podían venir de adentro

Entonces entré con el corazón dándome saltos, entré temblando, entré aturdida, con el miedo entre los dientes entré.

Una mesa y unas sillas eran todo lo que habia en el medio de la sala.
Sobre la mesa un libro, con las hojas volando por el vientito que venia de afuera, una de las hojas estaba doblada y tenia remarcado con rojo un texto que leí una y mil veces.
Un texto que no sé porque fue puesto ante mi de manera tan compleja.
Era un libro de Borges.


"Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz. La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única. ¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad, las galerías de la Biblioteca, las cosas comunes, los hábitos, el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos, la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave, ya se han oscurecido los que miran por las ventanas, pero la sombra no ha traído la paz.Es, ya lo sé, el amor, la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo.Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

Ya los ejércitos me cercan, las hordas.

(Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)

El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo."


Y volver otra vez a mi ventana para quedarme tras los cristales el resto del tiempo, con la mirada perdida. Preferí ignorar la puerta que seguía en su falso abrir para despues cerrarse falsamente, mientras yo seguía pensando.
Igual cada tanto sentía la habitación como real, yo la habia visto, habia estado allí, habia caminado por la sala, habia mirado la ventana abierta y las cortinas agitadas. Habia visto sobre la mesa el cenicero repleto de colillas, la tasa de café aun tibia, el saco tirado en el respaldo de la silla que estaba frente al libro abierto, la hoja señalada, la habitación contígua a la sala, la espalda que se perdia en la osuridad tras el vano de la puerta, la sombra que dejó su rastro, el silencio.

El texto decia que la habitación era irreal, sin embargo yo habia estado allí y vi cierta realidad o solo fue mi mente y siempre estuve parada aqui.

Una voz familiar me distrae y me saca de mis pensamientos, me remonta desde adentro mío, donde me habia quedado perdida hace no sé cuanto tiempo y me pregunta por el almuerzo. Miro la hora y me doy cuenta lo tarde que se ha hecho, si apenas recien comenzaba la mañana para mi.
Me faltan cosas para el almuerzo, si me apuro llego antes de que Pepe cierre la despensa. Salgo de la ventana, agarro la cartera y al pasar por el espejo me acomodo un poco el pelo.
Corro por las escaleras hasta quedarme sin aire, esquivo a la vecina del tercero que me vé venir y se pone feliz de encontrar una interlocutora válida para sus problemas y solo ve pasar una flecha humana que vengo a ser yo, que solo le sonríe y le dice alguna incoherencia, nada mas que a modo de saludo.
Al fin aterrizo en una vereda cargada de hojas húmedas, el sol del mediodía está buenisimo, me cruzo a la vereda de enfrente para no perderme los rayos cálidos ni un minuto, me acomodo la ropa, salí tan apurada que ahora, al verme reflejada en los cristales de las vidrieras me doy cuenta que estoy ridicula, en eso estoy cuando no veo una baldosa floja que hace que trastabille una y otra vez, hasta terminar desparramada en el suelo, con las manos apoyadas en el piso y calientes por el golpe, miro para todos lados temiendo haber sido centro de alguna que otra mirada burlona y solo veo frente a mis ojos un escalón de mármol y una puerta antigua, que se abre ante mi y se cierra y se vuelve a abrir.
Me levanto cautelosa, invadida de curiosidad la abro despacio y entro, veo una mesa rústica, unas sillas, pocas, unas cortinas de gasa presas del viento, un libro abierto sobre la mesa, un texto...El amenazado de Borges.

Levanto la vista y lo veo en el vano de la puerta, está apoyado mirándome desde un fondo negro, sus ojos solo dicen lo que ya leí, no necesito mas palabras para saber, las urgencias se me acaban, el tiempo deja de existir, mi corazón se tranquiliza.
Tampoco él busca palabras en mi, sólo buscó mis ojos.
Quiso que fuera su testigo.
Quiso que lo viera allí.
Doliendo.

Despues vino su espalda y mi media vuelta, la vereda otra vez, las calles atestadas de gente que no va a ningun lugar.

Yo, sobre mis hombros, en mis ojos, en el alma llevo el dolor de un hombre que no conozco y asi me voy caminando hasta lo de Pepe para comprar no sé qué...

Él, cercado, rodeado, tan amenazado como el otro amenazado, se dejó caer sobre una silla, aliviado lo vi entre las sombras cuando cerré la puerta por completo.

10 Comentarios

  1. Me ha encantado :)

  2. Anónimo says:

    Aquí es noche cerrada para la mayoría. Para mi es alba presentida.
    Lo tuyo es un regalo precioso para empezar el día.
    Impagable Borges.
    Y tu puerta.
    Y tú.
    Gracias.

  3. Las puertas se abren, se cierran y lo peor del caso es que siempre dejamos algo dentro....y a veces ni lo sabemos..:(
    Muchos besos melancólicos...

  4. Te leo, y leo, y vuelvo a leer, y me pregunto ¿donde venderan el gen de Pato?, no conozco tienda alguna, y si existiera no tendría precio.

  5. Anónimo says:

    ese quique
    y ese borges
    y pato y su relato
    mezcla deliciosa para leer
    un abrazo

  6. Jo, se nos va Toro,que mal rollo.
    Ayer colgué un poema de LiKiuLing que parece premonitorio.me pone muy triste no leerle más.perdona por poner esto aquí, pero sé que le lees, y supongo que compartes la impotencia.Un beso, Pato.

  7. KAMELAS says:

    Gracias por el comentario en mi blog. Cuanta mas gente como tu encuentro con ese "don" mas me desespera lo mal que me expreso.

    Ya sabes donde estoy por si buscas una sonrisa ..

  8. Robert says:

    Gracias por tu comentario!! pero de todas formas, visita mi otra pàgina: robertcm.blogspot.com, ya que la otra està abandonada oficialmente, jeje Me gusta mucho tu blog. Nos leemos Un abrazo!!

  9. May says:

    Ay, ay, ay!! Ayer entré leí tu post y no pude comentar absolutamente nada, me dejó sin palabras...
    Hoy entro para ver si has posteado algo más, algo que no me deje con la boca abierta, perpleja por admirar como escribís, ja! Pero nop, seguimos con éste, así que solo digo: brillante..
    Besos

Gracias por tus palabras