De chiquita dos acontecimientos le hicieron creer que ella era una promesa.

El primer hecho fue una desgracia.
Su abuelo Florentino, que era otro contador de cuentos que ella tenia acaparado para sí, que se sentaban juntos a a escuchar por radio la novela del mediodía, que hacían paseos en bici, que le cocinaba pucheros y se pasaba horas hablándole de Madrid, una dia se fue al cementerio como de costumbre, a llevarle flores a su abuela y nunca regresó.

La nena no bien lo vió preparar el consabido ramo de margaritas se subió a la bici en la parte de atrás, donde habia una sillita exclusiva para ella y ahí lo esperó con su gorrito para el sol. Era muy divertido ir al cementerio con el abuelo, que tampoco era su abuelo de sangre, pero para ella era como si lo fuera. El viejo era un tipo fuerte, grandote y le encantaba contar cuentos de lo que se te ocurra. Y la niña era una ferviente admiradora de aquellas historias.
En el cementerio el paseo tenia un ritual, primero las flores a la abuela ( que si era la de sangre) y luego a caminar por las callejuelas y perderse en historias inventadas a partir de la foto que habia en las diferentes variedades de sepulcros.
Cada vez un cuento diferente. No importaba si la ultima vez la foto de la chica del sombrero era una solterona empedernida que se murió de soledad y ahora era una niña bien que estaba a punto de casarse cuando cayó fulminada en el altar, la cosa era estar ahi caminando bajo el sol o escapandole a las nubes.
En aquellas fotos habia un señor de bigotes gigantes y puntudos que la tenia aterrada, no sé cuantas veces habia resucitado y vuelto a morir, porque le gustaban los velorios y ser él el invitado principial. Y una chica que se habia muerto muy joven, sin conocer el amor, entonces por las noches se escapaba de su tumba y vagaba por la ciudad oscura en busca de un novio que la rescate de la muerte, tenía florcitas en la cabeza y un vestido de gasa celeste. Y ahi la nena se ponía a cantar "La vestido celeste todos la llaman y para ella va mi canción" y el viejo se animaba a la zamba y los dos se iban felices de aquél caserío medio tristón.

El viejo salió contrariado de la cocina y le pidió que se bajara de la bicicleta. Ella le dijo que no y en ese momento los brazos de su madre la sacaron con fuerza de allí y la depositaron en el suelo. ¡Hoy no vas!.-Le dijo furiosa y la nena se quedó mirando a su madre con bronca, llorando en el fondo del pasillo sin entender porqué le negaban semejante paseo.
El abuelo se marchó con evidente molestia, ella se quedó enojada con su madre y la madre le pidió que la ayude a regar las plantas, tarea que le encantaba y le iba a dar cunsuelo.

Nunca supo cuanto tiempo pasó, pero estaba detrás de unas matas cuando alguien entró corriendo a su casa y su madre salió llorando a los gritos.
¡Atropellaron al abuelo Florentino en la puerta del cementerio y está muerto! Fueron hasta allí y se encontraron al viejo tapizado de margaritas, la madre trajo sus lentes rotos y la nena se los quedó hasta perderlos uno de esos días.
En el velorio ella escuchó casi todo el tiempo que la nena se habia salvado de milagro porque siempre iba con el viejo en la bici, que ya era muy viejo para llevarla pero siempre la llevaba porque era un cabeza dura y ese día justo la madre no la dejó ir y se salvó.
En su cabecita eso marcó el principio del fin.

Otro desastre, fue el segundo acontecimiento, que junto al primero redonderaron lo importante que podía ser ella.
Y fue que para entrar al colegio tomaban un exámen y un test de inteligencia, todo vino muy bien mientras los examenes iban resultando exitosos y la niña era un orgullo familiar, la cosa fue cuando vino el test de inteligencia y arrojó un resultado superior a lo normal. Allí empezó a suceder algo maravilloso para ella , porque una serie de personas ajenas al establecimiento se interesaban de una manera especial en sus comportamientos y destrezas. Tambien ahi comenzaba un problema para los demas.
La niña habia descubierto que le gustaba llamar la atención, ser centro, tener a varias personas ocupándose de cada cosa que ella hacía o decía, era genial.
La directora la retiraba del salón, mientras sus compañeritos hacian las actividades de rutina y la llevaban a la biblioteca, donde la esperaban otras dos señoritas que con una gran sonrisa la sentaban delante de hojas en blanco y la hacían dibujar, explicar esos dibujos, contar cuentos a partir de una imagen, en fin...
Despues de unos meses de trabajo con estas personas y de molestarse un dia porque siempre la llevaban a hacer el "test" en medio de alguna actividad y a ella nunca le ofrecían "té", sino que el té se lo tomaban los grandes, se encaprichó y no quiso ir mas.
Basta de cosas diferentes, basta de trabajar sola en la biblioteca, basta de ser la nena genio sin saber qué queria decir eso. Un poco de llanto y silencio bastó para que no la molesten mas.

Al principio, todos los niños trabajaban sobre un tema y ella estaba sentada cerca de la maestra trabajando con tarjetas, luego la fueron incorporando al resto del curso, ella los fue esperando, dejó de impacientarse cuando sus compañeros tardaban en resolver algo, se convirtió en la "ayudante" de la maestra, en la niña modelo hasta que se cansó tanto, pero tanto, tanto que el aburrimiento la llevó a ser una niña común y silvestre, pero algo rarita.

El hecho de haberse salvado de la muerte y de ser la mas inteligente de todos los niños que ella conocía, fue un escollo en su pequeña vida.
Sentir que era una promesa fue una presión tan grande, que al no poder cumplir con los mandatos convencionales algo le quitó la sonrisa abierta que tenia y la dejó sin palabras para explicar lo que los demas decian en voz baja: fracaso.

Conozco a esa niña tan de cerca, que muchas veces la veo escondida entre las sombras, sentadita en un rincón, mirándome y no sé qué decirle para que no siga atormentada, por lo que pudo ser y no fue, para que deje atrás aquellos hechos y empiece de cero, siendo lo que en verdad fue, sin promesas, sin desastres, sin mandatos, sin genialidades...

Lo que en verdad fue y es, lo deja salir a veces por las tardes sentada frente al monitor, atrasando otras actividades que la llaman como el deber al soldado y ella posterga hasta mas no poder.

Ella no era genio ni nada parecido, solo era una soñadora mas y como decia Lennon, no estaba sola.

4 Comentarios

  1. Pariz says:

    Nivelar para abajo. Es muy natural. Es el costo de no estar solo muchas veces.
    Pero renunciar a ser uno mismo es muy injusto, no? Yo que vos saco a pasear a esa nena, le cuento historias, le doy elementos para que se divierta, le sirvo té. Mimala.
    Para que no esté sola, la primer persona en acompañarla tenés que ser vos misma.

  2. Ufff, Leopoldo me sacaste una sonrisa.
    Estoy en eso, mimando a esa nenita, te dije que le compré una pila de libros y que estaba como perro con dos colas?

  3. @lasnibat says:

    "You're not alone..."

    Aquí está el camino... Síguelo.

    SalU2
    T.

  4. Noa- says:

    Ser admirado empieza gustando a todos esos niños, más luego sienten tanta soledad que muchos se retraen.

    Cógela de la mano, hazla sentir tu calor, seguro que saldrá con toda tu fuerza.

Gracias por tus palabras